RACHID TAHA EN LA LÍNEA
400 asistentes al concierto del argelino Rachid Taha. Les propongo un rápido cálculo de cifras, tirando siempre por lo bajo. Pongamos que el caché del mencionado ascendiera a 15.000 €; sumémosle un mínimo de 4.000 € más en concepto de luz y sonido; añadamos, por último, unos 3.000 € para alojamiento y manutención de músicos. Sea un total de 22.000 € (tirando, repito, por lo bajo). Dividámoslo entre los asistentes al concierto –esas 400 personas de entre las cuales unas 50 formarían parte del séquito habitual: críticos musicales, gestores culturales, amiguetes, políticos, etc. La división queda como sigue: 22.000 € entre 350 personas = 62 € aproximadamente –que pagó la DPH.
Más de 10.000 de las antiguas pesetas por persona, sufragadas con los impuestos de cada altoaragonés. Teniendo en cuenta que, según revelaban los medios de comunicación, gran parte de los asistentes era gente que venía de fuera; que, posiblemente y gracias a la autopista, pocos fueran los que pernoctasen en Fraga: ¿cómo se beneficia la capital bajocinqueña?
Política cultural llaman a esa subvención constante y multimillonaria a los gustos de unos poquitos. Algo que no extraña cuando uno se para a pensar que determinadas áreas están dirigidas por políticos que, sabiéndose incompetentes, lo dejan todo en manos de sus técnicos. A eso no se le puede llamar "hacer política", sino derrochar dinero de la manera más alegre, beneficiando poco a la población altoaragonesa y mucho a los amiguetes de los organizadores: pierdo ya la cuenta del número de veces que Rachid Taha ha actuado en nuestra provincia...
Lo más triste de todo es que esos millones derrochados sean considerados por la responsable del área, y a falta de un criterio mejor, como un estupendo espaldarazo a su campaña electoral para alcaldesa de Tardienta.
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