sábado, 4 de marzo de 2023

18 AÑOS DE ESCALADA ILEGAL EN GUARA

Entre la aprobación del PORN1 en 1997 y la Orden de regulación de la escalada en 2015, la Administración hizo la vista gorda y la Federación de Montañismo ocultó la apertura de vías ilegales.


El área comprendida dentro de los límites del actual Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara fue descubierta por franceses para la práctica de deportes de montaña. La soledad de sus agrestes parajes, sus curiosas formaciones rocosas y los profundos barrancos excavados por sus ríos atrajeron a pioneros como Pierre Minvielle, quien escribiera la primera guía sobre la zona (1979) y cuyas históricas filmaciones muestran paisajes y paisanajes más propios de tiempos remotos.2 El turismo galo acudió primero tímidamente y luego en masa, haciendo aconsejable la adopción de medidas para su ordenación: a finales de 1990 fue publicada la ley del Parque Natural. “Los principales problemas que había que atajar con cierta urgencia eran dos: los rallys “piratas” de vehículos 4x43 y el creciente número de practicantes del barranquismo; la escalada todavía no había conocido el auge que experimentaría con los años” --observa Antonio Ballesteros, miembro del primer patronato del Parque en representación de las organizaciones conservacionistas.

El Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (en adelante, PORN) fue aprobado mediante decreto en 1997 y presentaba un marcado carácter conservacionista. Se preocupaba, ya en aquellos tempranos años, por la más que previsible masificación debida principalmente a: a) la falta de control; b) el aumento de la demanda; y c) la proliferación de guías y otras publicaciones. Y señalaba directamente a la caza, la escalada, el barranquismo y el senderismo como factores de perturbación.

¿Qué soluciones proponía? Restricciones que minimizaran los impactos y una regulación que permitiera compatibilizar la escalada con la nidificación de aves rupícolas –contando para ello con la colaboración de la Federación Aragonesa de Montañismo, a la que en cierto modo se convertía en garante de esa adecuación. Consecuentemente, se limitaron los períodos de escalada allí donde la afluencia de escaladores pudiera comprometer la biología de las especies protegidas (ya fuera entre diciembre y junio o entre marzo y junio) y se sometió a autorización no solo la apertura de nuevas vías de escalada sino su práctica en determinadas áreas.

Pero llegó el boom de finales de los 90 y, con él, la afluencia masiva de escaladores a los espacios más aptos para la práctica de su pasión. En la Sierra de Guara los lugares más afectados fueron Vadiello (que ha conocido un aumento exponencial del número de vías equipadas), Alquézar y, en especial, Rodellar4: “una de las mecas mundiales de la escalada deportiva”, como afirma el escalador Carlos Logroño, “embajador” de la marca de artículos deportivos La Sportiva en el “Climbing Festival” que la empresa celebró en el enclave oscense.5 Ese efecto llamada le hace decir también, ya como autor de un par de guías de la zona, que “algunos fines de semana de primavera y durante el verano, es posible que no se pueda trepar la ruta elegida (sic.). ¡Llegó el mogollón!”, afirmando que “esta masificación trae, lógicamente, problemas de toda índole, impacto ambiental (basura, heces, ruido...)”.6

Pero, lamentablemente, las afecciones sobre el medio no se limitan a eso, ya de por sí preocupante, sino sobre todo a la alteración del hábitat que la escalada masiva produce sobre las aves rupícolas –que han abandonado muchos lugares tradicionales de nidificación debido a las constantes molestias. Numerosos escaladores rebaten esta afirmación aseverando que sigue habiendo muchos buitres (Gyps fulvus) cerca de las zonas de escalada: parecen olvidar que en Riglos, otra de las “mecas” de la escalada en Aragón, la colonia de buitres tuvo que abandonar las paredes principales para refugiarse en otra menos atractiva para la escalada. “Hay especies que toleran bien la presencia humana, como los buitres, pero otras como el halcón peregrino o el águila perdicera que no la toleran. No toleran ni la cercanía ni que te pongas debajo del nido como tú no toleras que si tienes un niño estés viviendo encima de un bar”--dice al respecto una APN (agente de protección de la naturaleza) madrileña.7

En todas las guías de escalada consultadas se enumeran las especies de aves más frecuentes en cantiles y cortados: quebrantahuesos (Gypaetus barbatus), águilas real (Aquila chrisaetos) y perdicera (Hieraetus fasciatus), alimoche (Neophron percnopterus), halcón peregrino (Falco peregrinus) –aunque no todas incluyen al treparriscos (Tichodroma muraria), a los Roqueros rojo (Monticola saxatilis) y solitario (Monticola solitarius) y a la collalba negra (Oenanthe leucura)--, como para dar fe de su compromiso medioambiental; pero en ninguna se habla de cómo reaccionar cuando se comprueba la presencia y/o la nidificación de una de esas especies en mitad de una vía.8 Pero ellos y ellas saben que una cordada puede echar a perder una nidada, y que la estancia larga en las inmediaciones de una pared puede hacer desistir a una especie sensible de instalar allí su nido. Y en esos términos se expresaba en 2017 una agente forestal y escaladora entrevistada por la revista Desnivel, la revista de referencia de este deporte, alertando del nocivo impacto de la escalada en la biología de las aves rupícolas, siendo incompatible con su nidificación, aconsejando evitar ruidos, gritos y música para no provocar molestias indeseables.9 Y es mediante gritos como celebra el gran referente de la escalada Francisco Marín, “Novato”, la consecución de su objetivo y de su sueño de libertad.10

El impacto de la escalada sobre la biología de las aves rupícolas no es solo cuestión de opinión: los más señeros especialistas coinciden en señalarlo de manera indudable. Así José Ignacio Arizón, veterano y destacado miembro del Grupo Ornitológico Oscense, quien afirma que la práctica de ese deporte al aire libre “afecta negativamente porque implica molestias, en su época de cría sobre todo; en especies grandes, como buitre y quebrantahuesos, porque solamente sacan un pollo al año (como máximo) y en pequeñas aves rupícolas, como roqueros y treparriscos, les impide además conseguir alimento para sus proles”.11 José Antonio Gil, presidente de la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos (FCQ), declara por su parte que “la escalada, sea masiva o no, puede provocar molestias e interacciones negativas en la reproducción de las rapaces rupícolas, provocando el fracaso en la nidificación”. El mundo científico no ha dejado de pronunciarse sobre la cuestión en numerosas publicaciones al alcance de cualquiera que se tome la molestia de consultarlas.12 Los gestores del parque natural y quienes les asesoran han tenido en cuenta, ¡seguro!, todas estas consideraciones a la hora de regular la práctica de esa actividad en Guara.


ILEGALIDADES PERMANENTES Y CONSENTIDAS


Teniendo en cuenta que el PORN de 1997 obligaba a pedir autorización para la apertura de nuevas vías en el Parque, solicité información por escrito a la dirección sobre el número de instancias registradas, obteniendo la siguiente respuesta: “No existe un archivo especifico de estas solicitudes y en los registros no consta ninguna solicitud específica en este sentido”. Ello significa que, si nadie solicitó autorización, todas las vías abiertas y equipadas entre 1997 y 2015 (fecha de la última regulación, que se comentará más adelante) eran ilegales, y que incurrieron en un delito quienes así actuaron.

Porque vías se han abierto muchas desde 1997, y de ello dan fe varias publicaciones: una de las dos guías sobre Rodellar firmadas por Carlos Logroño señala como posteriores a esa fecha un total de 35 vías13; Escaladas en Vadiello, por su parte, revela un total de 122 vías abiertas con posterioridad a 1997.14 De ser cierto lo revelado por esas obras nos hallaríamos ante una ilegalidad continuada y consentida por las autoridades del Parque Natural.

Llama poderosamente la atención, en medio de la liberalidad con que se abrían nuevas vías, que figure el Grupo de Montaña de la Guardia Civil como equipador de un buen número de ellas. En Guía de escalada en Rodellar se contabilizaban, en 2010, hasta 114 vías creadas por la Benemérita, añadiendo lo siguiente: “el Grupo de Montaña de la Guardia Civil (G.M.G.C.) comienza su intensa actividad equipando alguna de las primeras vías de la Gran Bóveda, además de abrir la mayor parte de los itinerarios del sector del Camino junto con el comité de equipamiento de la Federación Aragonesa de Montaña (…) El G.M.G.C. continúa abriendo nuevas líneas y equipan la mayor parte del sector “Las ventanas del Mascún”, además de algunas otras vías en zonas diferentes.”15 Si “continúa abriendo” en 2010 significa que la Guardia Civil siguió con su actividad ilegal... También asombra averiguar que el “comité de equipamiento de la Federación Aragonesa de Montaña” estaba involucrado en la apertura de estas vías que, si no eran ilegales, tampoco fueron declaradas... ¡Y ese es el colectivo deportivo que, por normativa, asesora a la dirección del Parque para aprobar la apertura de nuevas vías!

Pocos días antes de la redacción de estas páginas tuve la oportunidad de hablar con un gran escalador de Huesca, quien me reveló que él personalmente no presentó solicitud alguna, limitándose a dejar constancia de su actividad equipadora en la asociación Peña Guara de Huesca (delegación de la Federación Aragonesa de Montaña), cuyos administrativos debían encargarse de tramitar. Si la dirección del Parque dice no contar con ningún registro es lícito pensar que Peña Guara no presentara ninguna de las comunicadas por mi informante. Eso no exime a este escalador, desde luego, del cumplimiento de la ley, pero deja en una extraña situación al colectivo montañero, garante de la sostenibilidad en la normativa del Parque Natural.

¿Desconocía la dirección de Guara la existencia de vías ilegales en el ámbito de su jurisdicción? Si creemos a otro informante anónimo que me reveló en conversación personal que alguien presentó a la dirección del Parque un listado con unas 1.000 vías no autorizadas, la respuesta es tajante. ¿Cómo actuó la Administración ante esa denuncia?

A tenor de lo publicado en El Heraldo de Aragón de 3/11/2015, “varios escaladores fueron denunciados, <<algunos de ellos muy conocidos en los círculos de deportistas que frecuentan las zonas de escalada de Aragón y Cataluña>>, por Desarrollo Rural y Sostenibilidad (Gobierno de Aragón)”, añadiendo que “las denuncias son el resultado de la intensificación de la vigilancia". Y es que, según el diario, “se calcula que hay unas 1.500 vías, de las que entre el 80 y el 90% son ilegales”.16 No obstante, la revista Desnivel relata pocos días más tarde que “la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos (que forma parte del Patronato del Parque de Guara) presentó a finales de octubre una denuncia por equipamientos de escalada ilegales”, citando a 27 equipadores cuyos nombres aparecen en la Guía de escalada en Rodellar (Ed. Kalandraka) del año 2010. Y asegura la revista que, a fecha de redacción de esa noticia, no había “constancia de que la Administración haya cursado denuncias a ninguno de los 27 equipadores citados en la denuncia de la FCQ, aunque Agentes de Protección de la Naturaleza (APN) sí han requisado material para equipar que han encontrado escondido cerca de las paredes.”17

La Federación Aragonesa de Montañismo, presente en el Patronato del Parque mediante su delegación altoaragonesa, la asociación Peña Guara, dice por boca del presidente de ésta, Manuel Bara, que les extrañó mucho “la denuncia de la Fundación del Quebrantahuesos; como siempre, haciendo amigos”.18 En una entrevista personal, Bara añadió que “ninguna de esas vías que ellos (FCQ) denunciaron supuso ningún problema para ningún tipo de nido de ningún ave”.19 ¿Desprecio de la legalidad vigente?


NUEVA REGULACIÓN


En 2011 se promulgó en Aragón el Plan de recuperación del Águila-azor perdicera, una de las especies cuya presencia había determinado la creación del parque natural y en peligro de extinción en Aragón. El decreto obligaba a corregir los factores negativos que impidieran la recolonización de los antiguos territorios del águila, favoreciendo asimismo su expansión a áreas con hábitats potencialmente adecuados: siendo la escalada reconocida como un factor de perturbación, habría sido deseable que la normativa posterior hubiera recogido esa obligación. Pero nada de ello recogen ni el PRUG de 2014 ni la Orden de regulación de la escalada de 2015: ¡y eso que el apartado 2.1.3 exigía la adecuación de toda normativa posterior al plan de recuperación!

El PRUG de 2014 no solo mantenía como escalables las áreas potencialmente óptimas para la escasa rapaz, sino que amplió el período hábil para escalar en unos pocos sectores y creaba otro nuevo en Vadiello. Mantenía no obstante la preceptiva autorización para la escalada en las áreas antes señaladas.

En diciembre de 2015 se publica en el Boletín Oficial de Aragón la Orden que regula la práctica de la escalada que supone, en esencia, la adecuación a la ley de unas actuaciones que la normativa anterior debería haber considerado ilegales; esta Orden supone, por cosiguiente, la liberalización masiva de la práctica de la escalada en el Parque. Habiendo zonificado el área en sectores de tranquilidad (de menor interés para la escalada o de acceso más complicado) y de uso limitado, su vocación fue la de concentrar el enorme aluvión de visitantes en determinados espacios, resultando los más afectados Alquézar, Vadiello y Rodellar. En ese sentido, la Orden amplía los períodos de escalada a todo el año en numerosos sectores amén de inscribir la existencia de otros nuevos, elimina en un 95% la necesidad de autorización y, sobre todo, favorece la masificación que el PORN recomendaba atajar. Con todo ello se impide la recolonización por parte de la Perdicera en muchas áreas óptimas y se dificulta enormemente la biología de aves rupícolas de ciclo reproductor corto, como es el caso de rapaces sensibles (alimoche, halcón) y de algunos paseriformes en declive (Roquero rojo y Collalba negra, sensibles a la alteración de su hábitat). Es decir, que se produjo una regresión evidente a la hora de eliminar la masificación, favoreciéndola.

Hay que señalar que esta Orden fue redactada sin contar con la colaboración, la consulta y el asesoramiento de las organizaciones conservacionistas presentes en el patronato del Parque: así lo afirma J.A.Gil, presidente de la FCQ, integrante en ese patronato junto a SEO/BirdLife. Y ello conduce a aseverar que el artífice de esa liberalización masiva de la normativa sobre escalada fue la Federación Aragonesa de Montañismo (FAM) y, más concretamente, su delegación en Huesca, Peña Guara. Este colectivo parece haber velado únicamente por los intereses de los practicantes de escalada, federados o no, que ha puesto constantemente por delante de la defensa de los valores ambientales del Parque. El papel de la FAM como asesora exclusiva queda fijado en casi toda su normativa: ha de ser consultada para la apertura de nuevas vías, contactada tanto para acordar nuevas normas en caso de molestias al águila perdicera como para regular la escalada en zonas de nidificación, consultada y oída tanto para autorizar la equipación de nuevos sectores de escalada como para suspender actividades. Si la finalidad principal de la creación del Parque, allá en 1990, era la preservación de los valores naturales, ¿por qué se otorgó tanto poder y tanta voz a un colectivo deportivo? ¿Acaso la trayectoria de FAM puede concederle la autoridad suficiente en temas medioambientales? Lo cierto es que la entrevista mantenida con el presidente de Peña Guara en junio de 2022 no revela una sensibilidad conservacionista que avale la asesoría que de facto ejerce sobre el Parque.

En primer lugar, no cree Manuel Bara que exista masificación: “¿Qué puede pasar, que haya 200-300 personas en el tramo de Rodellar entre El Delfín hasta aguas abajo del Mascún antes de entrar en los oscuros? ¿Y eso es masificación? ¿300 personas en 2 km de desarrollo de río, con paredes a la izquierda y paredes a la derecha? ¿Eso es masificación? Pues yo no lo sé. Lo que sí que te puedo asegurar es que no molestan ni hacen ningún daño a nada. Porque están escalando en una zona permitida... Y no suponen ningún problema para las aves.”20 Parece considerar el responsable del colectivo montañero y representante de la FAM en el patronato de Guara que solo un número exorbitante de escaladores podría llegar a suponer un impacto sobre la fauna, habida cuenta, además, del ejemplar comportamiento de esos escaladores: “cuando un escalador en una vía de escalada llega a un punto donde se encuentra con una posibilidad de que haya un nido, lo primero que hace el escalador es marcharse de allí. Lo primero porque el buitre, quebrantahuesos o alimoche le puede poner de pulgas y chinches hasta las narices. Un escalador nunca hace daño a un nido...” Y añade: “tenemos ejemplo en un sitio donde hay un buitre que ya lleva varios años anidando. Han pasado los escaladores y el buitre sigue yendo a anidar allí. ¿Qué quiere decir? No le molesta el escalador a ese buitre...” Antes que aceptar que la escalada pudiera ejercer algún tipo de impacto sobre las aves rupícolas prefiere cargar contra los científicos: “Sí que tenemos constancia de que ha habido nidos fallidos por acción del hombre, pero no por acción del escalador, (sino) por acción del propio técnico de biodiversidad que ha ido al nido a analizar, a tocarle los huevos al quebrantahuesos para ver cómo está ese huevo, incluso para ponerle “camaritas” de filmación...”. Y critica la toma de medidas para proteger un nido del acceso de deportistas: “las medidas de protección que se toman sobre alguna pareja que ha nidificado en algun punto muy concreto son excesivas contra la especie humana, contra el escalador. No hace falta delimitar la zona de seguridad tan grande como en algunas ocasiones se hace... Es la lucha de la lógica de la observación contra la técnica de lo que puede pasar”.

Quedando patente la escasa sensibilidad ambiental de la asociación montañera, hay quien señala, tal vez torticeramente, que su poder y autoridad le han sido conferidos gracias a sus conexiones políticas: el apoyo de destacados miembros del PSOE ha sido evidente durante muchos años, además de que importantes nombres de ese partido han formado o forman parte de la Federación.21 Y hay quien agrega que su alianza con los sectores empresariales y de la hostelería le permite convertirse en la voz que defiende sus intereses en las reuniones del patronato del Parque.


EL DESARROLLO ECONÓMICO Y EL ASENTAMIENTO DE POBLACIÓN


Parece que, por encima de los valores conservacionistas, sean los beneficios económicos los que primen en la gestión del Parque: todo gira en torno a la actividad económica que genera el turismo, y que debería propiciar el asentamiento poblacional. Así, cuando la televisión pública aragonesa informó sobre la Orden de regulación de la escalada de 2015, aseguraba que ese deporte “es uno de los motores de la economía de esa zona”, afirmación que venía secundada por el que fue presidente de la Asociación de Empresarios de la Sierra de Guara hasta 2016, Francisco Lacau Pascau: “para la economía del territorio, para los pequeños alojamientos, para los campings, etc., no es que (la escalada) sea un grano más: es un chorro importante”.22 Sería importante conocer, por una parte, la titularidad de los establecimientos turísticos del área para averiguar en cuántas manos se concentra ese beneficio así como si corresponden a propiedades locales o alóctonas. Y es que, por la otra, el perfil de los escaladores no es frecuentemente del tipo que se aloja en hoteles o casas rurales, pues suelen preferir mayoritariamente pernoctar en su furgoneta, según información proporcionada por gente de la zona –siempre y cuando logren burlar la vigilancia de la guardería, pues la pernocta “por libre” está prohibida en el PN de Guara.

No obstante, la revista Desnivel, en una entrevista realizada al mismo Lacau, daba fe a la vez de la masificación y de la estacionalización. Preguntado por el número de visitantes que el Parque recibía anualmente, el entonces presidente de los empresarios de Guara respondió que unos 200.000. El reportero le preguntó, no sin cierto asombro, “¿Cómo es posible conjugar esta avalancha con la conservación del medio?”. Lacau salió por peteneras: “los números hablan por sí solos. Nosotros trabajamos alrededor de 150 días al año. Si divides los 90.000 por 150 salen unas 600 personas distribuidas entre una decena de barrancos comerciales, es decir, 60 personas por descenso”.23 No parece muy claro que la conservación del medio importe mucho a Lacau.

Siendo cierto que la zona sufrió una importante despoblación a lo largo del siglo XX también lo es que el turismo no ha conseguido asentar población. En el caso de Vadiello, tradicional escuela de escalada a 20 km de Huesca, los 24 sectores de vías abiertas que la Orden de 2015 permitió utilizar todo el año no han aportado ninguna mejora al área geográfica y humana de su entorno, el municipio de Loporzano. En lo concerniente a Rodellar, la liberalización de la escalada tampoco ha conseguido el asentamiento de población durante los meses fríos. El pueblo sigue siendo, en invierno, un desierto demográfico, con un buen puñado de establecimientos cerrados cuyos explotadores ahuecan el ala después de haber hecho su agosto. La masificación se produce en los meses cálidos, precisamente cuando nidifican las aves más sensibles a las molestias. Como dicen los escaladores Ascaso y Logroño en su guía, “la zona cambia de cara dependiendo de la época del año. Un día entre semana de otoño es posible no encontrar a nadie en toda la escuela y disfrutar de la soledad compartida con los pocos habitantes de Rodellar (dos familias en invierno)”, añadiendo que “el bar-restaurante Florentino es el único sitio donde por ejemplo en invierno nos podrán dar algo de beber y comer”.24

No obstante, hay quien afirma lo contrario, como la famosa escaladora Cecilia Buil, quien considera que el evidente impacto que genera una masiva afluencia de escaladores queda compensado con el desarrollo aportado a la zona y al pueblo: “evidentemente se ha notado en el número de escaladores y en la temporada que, en lugar de ser dos meses que era antes junto con los barranquistas, ahora mismo es prácticamente todo el año. Eso claro que crea algo de impacto, se nota, pero también permite a personas que antes, hace 20 años, solo vivía aquí el pastor (sic.), pues ahora hay unas cuantas personas aquí que pueden estar viviendo todo el año, y también eso es importante”.25

El contraste con la realidad es pues, evidente, convirtiendo las afirmaciones sobre la escalada como asentadora de población una falacia repetida en todos los mentideros.


¿HAY ESPERANZA?


Ya que existe de hecho una efectiva influencia del lobby turístico-deportivo sobre la dirección del Parque, solo cabría esperar que el propio colectivo de escaladores se autorregulara, consciente de la presión ejercida sobre la fauna rupícola. Ya en 2012, la asociación Escalada Sostenible Zona Centro decía por boca de uno de sus fundadores: “la fiesta ya no funciona como antes; en parte por la aplicación de normativas de protección, y también por el increíble, y peligroso a veces, aumento del número de escaladores.”26 Y José Manuel Palacios Bolo, miembro del Comité de Equipamiento de la FEDME (Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada), decía en 2015 refiriéndose a las Hoces de Cuenca: “puede ser conveniente “ordenar” la práctica de la escalada para intentar evitar la masificación de algunos sectores (…) gran cantidad de vías que se equipan al año y el poco o nulo control que había sobre las mismas.”27 El boom ha generado unas 1.000 áreas de escalada en España y un número superior a los 200.000 practicantes –como refiere el documental Prohibido Escalar producido por la Asociación Escalada Sostenible.28

Y es precisamente ese documental el que refleja una nueva sensibilidad por parte del colectivo de escaladores, posiblemente tendente no solo a aceptar limitaciones en la práctica de su deporte sino, sobre todo, a replantearse los impactos del mismo. El reportaje muestra varios espacios emblemáticos en los que se han abordado restricciones: regulación dinámica en Montserrat, prohibición en Etxauri, autorización administrativa y pago de entrada en Tramuntana...: ¡lástima que Rodellar no haya sido tratado!

La delegación tinerfeña de esa asociación ha presentado recientemente, en un encuentro sobre Escalada y biodiversidad celebrado este mismo año en Gredos, su aportación a la conservación de las aves rupícolas. En ese sentido, y en colaboración con ornitólogos canarios, han detectado las zonas de nidificación de halcón tagarote (Falco peregrinoides) y colocado carteles alertando de la prohibición de escalar a su alrededor.29

A ese mismo encuentro en la montaña castellana participó la FEDME a través de su área de medio ambiente. Antonio Joaquín Sánchez opinaba que “es el momento en que la FEDME tiene que empezar a actuar y tener cierta visión de futuro (…) vamos un poquito tarde y teníamos que haber tomado esta iniciativa antes”.30 Como estas declaraciones me parecieron abrir un horizonte de esperanza, contacté con Antonio Joaquín Sánchez para que me ampliara su punto de vista. “La conciliación entre escalada y preservación es complicada” --me dijo Sánchez--; “se está dando mucha afluencia y, en muchos casos, masificación”. Y es que “la gente no tiene conciencia del impacto; la gente que practica la escalada cree que ésta es completamente inocua”. Sin embargo, no considera que la existencia de un marco regulatorio y sancionador estricto sea la solución: “los gestores están equivocados si piensan que se va a solucionar el problema a base de prohibiciones: no tienen medios suficientes”, y aboga por una solución basada en “sinergias, alianzas estratégicas … esto se solucionará mediante la concienciación, y esa llave la tiene la Federación”. ¿Estaba la FEDME en contra entonces de las regulaciones? No, no lo estaba si se hacían con buen criterio como en el caso guipuzcoano. Todo lo más se mostraría a favor de restricciones dinámicas, no al pago de entradas o autorizaciones administrativas, como en los espacios protegidos andaluces. Y todo lo apostaba a la progresiva concienciación del colectivo escalador. Un cierto angelismo por su parte que se veía mitigado por la expresión de un temor: que todos los jóvenes que ahora practican masivamente en rocódromos decidan salir a la naturaleza; desinformada, ávida de emociones, esa cantera podría dar al traste con cualquier intento de cambio de tendencia.

En el mismo vídeo es entrevistado un miembro del comité de equipamiento de la FEDME, quien lamenta que “los equipadores no (tienen) formación en legislación ambiental para aunque fuera pedir permiso para abrir una vía”... Tal vez dejar exclusivamente en manos de los practicantes del deporte la posibilidad de conducirlo a expresiones menos impactantes no sería deseable; y es que el propio colectivo se queja del comportamiento de sus miembros. Así se expresaba Íñigo Zuberogoitia, uno de los técnicos que realiza el seguimiento de las aves rapaces amenazadas en la provincia de Vizcaya, sobre la implantación de las regulaciones de la escalada a partir del año 2010: “el comportamiento ético de algunas personas (…) siempre hay personas que desprecian lo que hacen el resto y que suponen una grave amenaza para las aves rupícolas. Son ya varios los casos que hemos constatado de muerte de pollos de alimoche por molestias causadas por escaladores que estaban donde no debían. Hay que tener en cuenta que el alimoche es una de las aves con mayor riesgo de extinción a escala global de las que tenemos”. Y añade: “hay gente que antepone su gozo personal a la conservación de la naturaleza y a la vida de una especie amenazada. ¡Muy triste!”31

Un ejemplo de que esta actitud exclusivamente disfrutona y nulamente conservacionista no es patrimonio de jovencitos inexpertos la protagoniza de nuevo la célebre escaladora Cecilia Buil –que parece ser de esa gente que “antepone su gozo personal a la conservación de la naturaleza”, para prafrasear al técnico vizcaíno. Según se publicó en un blog dedicado a la naturaleza aragonesa32, la Sra Buil fue denunciada en 2015 por abrir una vía en el Parque de Guara sin haber pedido la autorización administrativa; vía que bautizó con el nombre de “Los delincuentes”, justificando su elección: "el nombre que se ha puesto a la vía bien puede entenderse como un gesto reivindicativo sobre el papel de los escaladores y la regulación que se pretende llevar a cabo en el Parque de Guara para restringir la actividad de escalada". La escaladora reaccionó a la publicación de la noticia de la denuncia, un año después, con este comentario en el blog: “Buenas quien quiera que seas, gracias por denunciarme. Me has dado la oportunidad de poner de manifiesto la mala idea y falta de conocimiento por tu parte tanto de la escalada como de las leyes. Tu denuncia no vale para nada, al igual que las otras 28 que redactasteis en Rodellar, a sabiendas de que la ley iba a ser modificada. La vía que abrí fue eso, una apertura, no un equipamiento. Lee un poco para saber la diferencia, la abrí en época fuera de nidificacion y respetando la roca y el entorno escrupulosamente, como hago SIEMPRE, sin dejar un rastro en la base y sin molestar ni pasar cerca de ningún nido. Yo estoy bien tranquila. Ahora la administración me ha dado la razón. A ver si en vez de perseguir a quien suena más os dedicais a velar por el parque, los alrededores y el resto de la provincia que también es importante y que se está reventando con turistas guarros, caminos para urbanitas y colegas vuestros que hacen ferratas y equipamientos salvajes de vías comerciales. Por cierto, yo no «aparezco» en la provincia, porque nací en ella! Un saludo.”


¿Debemos dejar la gestión de los espacios naturales en manos de quienes durante largos años parecen haberse despreocupado del componente medioambiental? ¿Cómo esperar que quien solo ve en las paredes, farallones y desplomes un rocódromo al aire libre en el que todo vale sacrifique sus ansias de disfrute en aras de la conservación de determinadas especies? ¿Bastaría con potentes campañas de sensibilización para que el colectivo escalador modificara su comportamiento?

Una Administracion convencida de la necesidad de aplicar un nuevo paradigma en el turismo de naturaleza debería legislar para asegurar la vida de las especies que se han visto desplazadas por las desmedidas necesidades de ocio de algunos. Sin ello, las aves rupícolas sensibles se verán arrinconadas a los lugares más inaccesibles o, directamente, condenadas a la extinción. Y es que no son la FAM ni la FEDME quienes están llevando a cabo el programa de reintroducción del Águila perdicera en Guara, ¡sino la Administración!

Por cierto, no le ha sido concedido a este redactor entrevistarse con el director del Parque Natural, José Miguel Malo, ni con el asesor técnico, Daniel Guzmán, ni con ninguno de los APNs destinados en Guara.

1PORN: plan de ordenación de los recursos naturales. PRUG: plan rector de uso y gestión.

2Como lo reflejan los fragmentos seleccionados en Guara, la montaña inesperada, una producción de Donde Van las Nubes dirigida por Miguel Ortega y Eduardo de la Cruz (a partir de 31'00).

3Se comentaba en aquella época que incluso había agencias de turismo activo en Francia que ofertaban estos rallys ilegales a sus clientes con el atractivo de saberse perseguidos por la Guardia Civil...

4Según la web Zonas de escalada, hay en Rodellar unas 600 vías y unas 300 en Vadiello (https://www.zonasdeescalada.com)

5Rodellar, meca de la escalada, una producción de EVASION TV: https://www.youtube.com/watch?v=zp4ysW79QaI

6ASCASO, Daniel, y LOGROÑO, Carlos, Rodellar-Mascún. Guía de escalada, Huesca 2010, p.7. Logroño es asimismo coautor de otra Guía de escalada en Rodellar junto a Torres y Fernández (ed.Camping Mascún, 2010).

7En el reportaje Actúa ahora, una producción de Escalada Sostenible, min. 6'26: https://www.youtube.com/watch?v=F_lH9TQauUg

8En ASCASO y LOGROÑO, op.cit., p.13, se refieren a la responsabilidad del escalador: “al elegir una nueva línea hay que ser consciente del compromiso que se adquiere. Conocer las técnicas necesarias … y valorar la dificultad de la vía frente a nuestro nivel real”.

9“Escalada y especies rupícolas, una convivencia delicada”, en Desnivel, 4 abril 2017 (https://www.desnivel.com/escalada-roca/accesos/escalada-y-especies-rupicolas-una-convivencia-delicada/). Dice la forestal: “el problema de la escalada y la afección a la fauna es debida a la gran cantidad de vías y sectores que se abren continuamente y que ocupan las zonas donde ya se tuvieron que trasladar determinadas parejas por la presión de la escalada (…) la coincidencia en las épocas de reproducción con las temperaturas más suaves para practicarlo hacen incompatible la escalada con la cría (…) Es muy importante que los escaladores sean conscientes de que su actividad no es inocua (…) Si se detecta un nido ocupado, lo primero sería retirarse de la zona (…) la práctica de este deporte se ha disparado y la presión sobre el medio ambiente cada vez es mayor. Atrás han quedado las escaladas solitarias y las zonas sin aglomeraciones de personas”.

10“Una de las cosas que me ha enseñado la escalada es la libertad. Escalar te da mucha libertad, y te sientes libre”, en Novato, una producción de Namuss Films dirigida por Jon Herranz: https://www.youtube.com/watch?v=gJ-TFaHsUUM, mins. 4'28 y 11'21.

11Esta y la siguiente son respuestas de esos ornitólogos a un cuestionario remitido por el autor.

12Véase, por ejemplo: ARROYO, B., RAZIN, M. 2006. “Effect of human activities on bearded vulture behaviour and breeding success in French Pyrenees”. Biol. Conserv., 128, pp. 276-284. DIDIER, A., ARTHUR, C., BARTOLI, M., 2002. “Influence des perturbations sur le comportement reproducteur du Gypaéte barbu, Gypaetus barbatus: suivi de cinq couples par le Parc national des Pyrénées, in LPO FIR (Ed.), Actes du colloque international Conservation des populations de Gypaéte barbu. LPO, Paris, pp. 101–112. HEREDIA, R., 2000. “Bearded vulture – reintroduction into the Alps”. Annual Report 2000. Bulletin FCBV, Vienna, pp. 77. ONTIVEROS, D., 1999. “Selection of nest cliffs by Bonelli’s Eagle (Hieraaetus fasciatus) in southeastern Spain”. Journal of Raptor Research 33, 110–116.

13En ASCASO y LOGROÑO, op.cit., se refiere en el sector “Culo inquieto” 4 vías; en “Bisagra”, 5; En “Esquinilla”, 3; en “Búlder de Jon”, 6; en “Egocentrismo”, 4; en “L'École”, 1; en “Pince sans Rire”, 1; en “Maldita codicia”, 1; en “La Surgencia”, 6; en “Pared de la Virgen”, 3; y en “Balced izquierda”, 1 vía. Figuran como equipadores recurrentes J.yN.Bueno, N.Ayerbe, Dolores y Cristóbal Trujillo, A.Nasarre, J.Arnaudas, J.Zonzón, O. Fourbet y 4 equipadores del Grupo de Montaña de la Guardia Civil.

14Vías que figuran como abiertas a partir de 1998 y según se describen en BUIL, Óscar, y OLIVÁN, Javier, Escaladas en Vadiello, Camping Mascún, 2010: en el área llamada “La Almunia del Romeral” se enumeran 10 vías; 24 en “La Caverna”; 7 en “Peña Olvidada”; 42 en “La Pared del Muerto”; 5 en “El Escondite”; 10 en “La Cascada”; 1 en “Pared del Río”, 1 en “Paredes Rojas”; 12 en “Pared de Entrenamiento”; y, finalmente, 10 vías en el área llamada “Fin de la Carretera”. En la Guía de escalada en Rodellar de Torres, Fernández y Logroño no se especifican las fechas de apertura de las vías allí reseñadas.

15En TORRES, FERNÁNDEZ y LOGROÑO, Guía de escalada en Rodellar, ed.Camping Mascún, 2010, p.12. En pp.80-81 aparecen como equipadores, además del G.M.C.V., los siguientes nombres: los ya conocidos J.Oliván “Suly” (coautor de Escaladas en Vadiello, op.cit.) y Novato junto a Cristian. B.Ulmann, D.Chakahua, J.Montoya y Tomás. Por sectores, aparecen 3 vías en “Cueva de los cazadores”; 4, en “O'Staño”; 1, en “Café solo”; 11, en “Egocentrismo”, 3, en “Boulder de Jon”; 1, en “Familia Manson”, 6, en ”Gran Bóveda”; 1, en “La Nuit des Temps”; 7, en “L'École”; 8, en “Pitón do Cuervo”; 12, en “Pince sans Rire”; 23, en “El Camino”; 3, en “Aquest Any Sí”; 12, en “Las Ventanas”; 6, en “El Delfín”; 9, en “Delfín por Detrás”; y, finalmente, 4 vías en “La Surgencia”.

16https://www.heraldo.es/noticias/aragon/huesca/2015/11/03/la-dga-denuncia-a-varios-escaladores-por-la-apertura-de-vias-ilegales-en-guara-230515.html

17https://www.desnivel.com/escalada-roca/accesos/fundacion-conservacion-quebrantahuesos-denuncia-equipamientos-rodellar/ (22/11/2015)

18Ibídem

19Entrevista personal a Manuel Bara mantenida el 14/06/2022.

20Entrevista personal a Manuel Bara mantenida el 14/06/2022.

21Tan solo citar un par de ellos: Antonio Cosculluela, ex-alcalde de Barbastro, ex-presidente de la Diputación de Huesca y ex-presidente de las Cortes Aragonesas por el PSOE, fue distinguido por la FEDME con una placa de honor en 2014, siendo, además presencia habitual de numerosos actos programados por la FAM y Montañeros de Aragón. Presidente de este último colectivo fue el también socialista Ramón Tejedor, quien llegó a ser presidente del Gobierno de Aragón (PSOE).

22https://www.youtube.com/watch?v=fO9AZ953FRU. La presidencia de esa asociación fue asumida en 2016 por la experta en escalada Laura Ventura. Francisco Lacau, de segundo apellido Pascau, es familiar de un histórico miembro de la FAM, Modesto Pascau, exgerente de la empresa PRAMES (editorial especializada en montaña y escalada, adjudicataria de un sinfín de obras de acondicionamiento de caminos y senderos, participada por la Federación, la Diputación General de Aragón y la Diputación Provincial de Huesca). Pascau es, además de presidente del patronato del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, responsable de medio ambiente de la FAM.

23Desnivel: “Francisco Lacau: No debemos dedicarnos al monocultivo” (https://www.desnivel.com/personajes/francisco-lacauno-debemos-dedicarnos-al-monocultivo/)

24ASCASO y LOGROÑO, op.cit. pp. 7 y 22.

25En Guara, la montaña inesperada, una producción de Donde Van las Nubes dirigida por Miguel Ortega y Eduardo de la Cruz, op.cit., mins 28'58-29'23.

26“Juanma León y la escalada sostenible”, revista Desnivel, 13 noviembre 2012 (https://www.desnivel.com/escalada-roca/juanma-leon-y-la-escalada-sostenible/)

27“Necesario un permiso para equipar en las hoces de Cuenca”, revista Desnivel, 15 diciembre 2015 (https://www.desnivel.com/escalada-roca/accesos/necesario-un-permiso-para-equipar-en-las-hoces-de-cuenca/).

28https://www.youtube.com/watch?v=McQCNHwqY8U&t=12s

29“Javier Martín - La escalada sostenible y los beneficios para biodiversidad”. Vídeo grabado y publicado en la web por FCQ: https://www.youtube.com/watch?v=dtx7FMPajsU

30“Escalada y conservación de la biodiversidad se dan la mano en Gredos”. Vídeo grabado y publicado en la web por FCQ: https://www.youtube.com/watch?v=NBb57xqZpP8

31“Vizcaya: un ejemplo convivencia entre escaladores y aves”, en revista Desnivel de 4 abril 2015: https://www.desnivel.com/escalada-roca/accesos/vizcaya-un-ejemplo-convivencia-entre-escaladores-y-aves/

32https://naturalezaaragonesa.blogspot.com/2015/12/escalada-y-conservacion-totalmente.html?m=1

PARQUE NATURAL DE GUARA: CONFLICTO ENTRE LA ESCALAD Y LA CONSERVACIÓN (revista QUERCUS, enero 2023*)

La protección de la que goza la sierra de Guara, concretada en un parque natural entre otras figuras legales, entra en conflicto con la fama de este macizo prepirenaico aragonés como destino emblemático para los aficionados a la escalada, según el autor de este artículo. Así las cosas, la conservación de los valores naturales debe ser siempre la prioridad.


(Existe una visión ampliada de este artículo que, por motivos de espacio, no pudo ser publicada. Allí incluía numerosas referencias, citas y extractos de entrevistas que resultan mucho más reveladores. Consultable en otra entrada de este Curroblog.)


El Parque Natural de la Sierra y Cañones de Guara (Huesca) se creó en 1990 para proteger los valores paisajísticos y faunísticos de este espacio natural. La presencia de determinadas especies de aves rupícolas motivó, además, que el parque y su área periférica de porotección fueran declarados Zona de Especial Protección para las Aves.

El Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) de este espacio protegido, aprobado en 1997, alertaba sobre la más que previsible masificación que el número creciente de guías y otras publicaciones estaba generando. En este documento la escalada, que en los años noventa empezaba a conocer un boom, era identificada como un factor de perturbación porque precisamente las zonas donde se practicaba coincidían con las áreas de nidificación y cría de numerosas rapaces.

El PORN recomendaba aplicar restricciones a la práctica de la escalada consistentes en una limitación temporal que respetara los períodos de nidificación de las aves y, en algunos lugares, en la obligación de solicitar autorización. Además, la apertura de nuevas vías de escalada requería el permiso de la dirección del parque natural. Estas medidas, debidamente aplicadas, habrían podido asegurar una buena gestión de los flujos de visitantes.

Los principales lugares de escalada en Guara, conocidos por todos los practicantes, son Alquézar, Vadiello y especialmente Rodellar, “una de las mecas mundiales de la escalada deportiva”, como afirmaba el escalador Carlos Logroño en un vídeo promocional. Él mismo declaraba, como coautor de un par de guías de escalada, que “algunos fines de semana de primavera y durante el verano, es posible que no se pueda trepar la ruta elegida” y calificaba de masificación la gran afluencia de gente, añadiendo que “trae, lógicamente, problemas de toda índole, impacto ambiental (basura, heces, ruido...)”. Las dos guías, de 2010, revelan la apertura y equipamiento de al menos 35 vías en Rodellar con posterioridad al PORN. Otros autores detallan en la guía Escaladas en Vadiello, también de 2010, que se equiparon hasta 122 vías después de esa fecha.

Tras mi solicitud por escrito de información sobre las autorizaciones para estas nuevas vías de escalada, la dirección del parque natural reveló que “no existe un archivo especifico de estas solicitudes y en los registros no consta ninguna solicitud específica en este sentido”. Es decir, que todas esas vías fueron abiertas contraviniendo lo establecido en el PORN.

En noviembre de 2015, según una noticia de El Heraldo de Aragón, el Gobierno de esa comunidad autónoma denunció a varios escaladores “muy conocidos en los círculos de deportistas”, cifrando entre el 80% y 90% las vías ilegales de una totalidad de 1.500. La revista Desnivel, sin embargo, comentaba ese mismo mes que no tenía constancia de que la Administración hubiera cursado denuncias a ninguno de los 27 equipadores que la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos (FCQ) había denunciado por “equipamientos de escalada ilegales”. ¿Negligencia? ¿Permisividad?


Previsiones sobrevaloradas

La afluencia de deportistas a cualquier espacio protegido suele alentar las iniciativas empresariales y la escalada en Guara, “para la economía del territorio, para los pequeños alojamientos, para los campings, etc., no es que sea un grano más: es un chorro importante”, como manifestaba en 2016 el entonces presidente de la Asociación de Empresarios de la Sierra de Guara, Francisco Lacau, ante la televisión aragonesa.

Desde luego, es loable que la Administración fomente el asentamiento de población en una zona que, como Guara, sufrió un importante éxodo a lo largo de todo el siglo XX. Pero se ha convertido en un lugar común considerar que una actividad tan estacional como la escalada haya conseguido fijar nuevos residentes en la zona. El antes citado Francisco Lacau declaraba a Desnivel que “nosotros trabajamos alrededor de 150 días al año”, argumento que es refrendado por los propios escaladores. Carlos Logroño señalaba en una de sus guías sobre Rodellar que únicamente viven “dos familias en invierno”, añadiendo que “el bar-restaurante Florentino es el único sitio donde por ejemplo en invierno nos podrán dar algo de beber y comer”. Tampoco en Vadiello la extensa ampliación del número de vías y la permisividad con que se han modificado períodos hábiles de escalada ha conseguido asentar población en el área geográfica de su entorno.

Tal vez se haya debido a ese propósito exclusivamente economicista que la normativa –una orden publicada en diciembre de 2015 en el Boletín Oficial de Aragón– que regula la escalada en Guara parezca contradecir los propósitos conservacionistas del PORN. De hecho, los colectivos medioambientales presentes en el patronato del parque natural, principalmente FCQ y SEO/Birdlife, ni siquiera fueron consultados para la redacción de esa orden.

Esa normativa zonificaba el área en sectores de tranquilidad –de menor interés para la escalada o de acceso más complicado– y de uso limitado, propiciando la concentración de visitantes en determinados espacios y afectando principalmente a Alquézar, Vadiello y Rodellar. Por otra parte, ampliaba los períodos de escalada a todo el año en numerosos sectores además de inscribir la existencia de otros nuevos, eliminaba en un 95% la necesidad de autorización y, sobre todo, favorecía la masificación que el PORN de 1997 recomendaba atajar. Y lo que resulta más curioso desde el punto de vista legal: no se adecuaba al Plan de Recuperación del Águila Perdicera en Aragón, de 2011 y con rango superior a la orden, que obligaba a corregir los factores negativos que impidieran la recolonización de los antiguos territorios de la especie.

Conservación bajo presión

Si la escalada había sido reconocida como factor de perturbación, ¿cómo es que la administración aragonesa no había legislado para minimizar su impacto? Los poderes públicos, además de propiciar de manera correcta el desarrollo socioeconómico, están obligados a velar por la preservación de los valores naturales. Por eso mismo la normativa que regule la práctica de determinadas actividades de impacto tiene que imponerse a las presiones de los sectores interesados en su explotación empresarial.

En el caso de la escalada, esa imposición tal vez deba ser más enérgica habida cuenta del número creciente de usuarios. No en vano Antonio Joaquín Sánchez, responsable de medio ambiente de la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada, teme que llegue el momento en que todos los jóvenes que ahora practican masivamente en rocódromos decidan salir a la naturaleza: desinformada, ávida de emociones, esa cantera podría dar al traste con cualquier intento de cambio de tendencia.


https://www.revistaquercus.es/noticia/8383/opinion/parque-natural-de-guara:-conflicto-entre-la-escalada-y-la-conservacion.html