martes, 18 de julio de 2023

Sobre "MUJERES ROTAS", de ANGÉLICA MORALES (2018)

 

A Angélica Morales, aunque residente en Huesca, no la conozco personalmente. Creo que me he cruzado con ella en un acto de Aveletra y no tuvimos oportunidad de saludarnos. Sí que conocía algunos de los textos poéticos que publica en su perfil de Facebook que, como le dije allí, encuentro demasiado recargados de figuras y, por ello mismo, grandilocuentes a la par que inaccesibles.

Cuando me enteré de que las librerías de la provincia de Huesca habían otorgado el premio del Libro Altoaragonés del Año 2023 a La casa de los hilos rotos, la última de sus novelas y publicada por una “major” como es Destino, empecé a interesarme por ella como fenómeno.

Desde el principio rechacé la idea de gastarme 25€ en una novela publicada por el grupo Planeta, por lo que la busqué en los estantes de las bibliotecas públicas de Huesca. La más reciente que encontré de la DGA fue Mujeres rotas: texto de 2018 publicado por TeruelGRáfica que, en realidad, no es una editorial sino una imprenta que también se ocupa de encargos especiales. Supuse que una diferencia de 4-5 años no iba a ser decisiva en el modo de hacer de esta autora. Y, además, ella misma ha declarado en varias ocasiones que ese título mereció ser seleccionado entre las 10 finalistas al Premio Planeta del 20171, por lo que cabe pensar que Morales no se avergüenza lo más mínimo de este texto.

La novela es de fácil lectura a pesar de que son tres las voces protagonistas: la abuela Inés, su hija Lucía y la hija de ésta y nieta de aquélla Ámbar. Son tres mujeres que, si están rotas, solo parecen estarlo porque ningún hombre les acompaña en su aventura vital. Diríase que la novela habla de amor o, más bien, de la búsqueda del hombre sin el que la mujer no estaría completa: argumento sin duda reaccionario que no debería tener cabida en nuestra “civilización feminista” (como ha titulado Amelia Valcárcel su último libro) y que parece invitar a las mujeres a asumir esa dependencia como consustancial a su ser. Como me dijo ella por correo electrónico a una consulta mía, “siempre estoy rompiendo y tejiendo heridas de mujeres sobre la boca del tiempo”.

La suya no es una escritura ramplona, aunque la frase entrecomillada lo pudiera hacer presumir. Es más, trata muy bien los diálogos y, en cierto modo, la diferencia de tonos de esos tres personajes, distintos por edad, queda bien plasmada. Pero hay algunos elementos que me han empujado a acelerar la lectura, ir pasando páginas en que no veía que ocurriera nada esencial; a saber:

- una pobre intriga: en la solapa de la edición que he consultado se anunciaba que la trama giraba, más allá de la convivencia entre las tres mujeres, en torno a un misterioso cuadro que abriría un mundo de enredos y misterios. Pues bien, el enigma no aparece hasta la página 245 (de 376): un poco tarde, ¿no?, para lanzar al lector o a la lectora el reto de un acertijo. Ello significa que, en definitiva, la intriga en torno al cuadro pierde mucha importancia y, sobre todo, mucho interés.

- las numerosísimas faltas de puntuación, especialmente en lo relativo a separación por comas de las distintas frases de una oración. Los varios errores de escritura, tanto ortográficos (Morales escribe “esteticien” sin acento, o “curriculum” en plural y sin acento2, “pearcing”, “Presley” por “Preysler”) como tipográficos (el nombre del pintor del misterioso cuadro tan pronto aparece como Achenbach como Achenbac o incluso Acherman o Achenbarch). Morales me comentó, de nuevo por correo electrónico, que Mujeres rotas fue publicada deprisa y con la urgencia de la emoción por llegar a una Feria del Libro, por lo que no fue revisada.

- los accesos de lirismo incongruente al que llegan a veces los personajes; el más notable es sin duda el enunciado por la abuela Inés en la p.284 sin que parezca venir a cuento: “cuánto miedo hay dentro del cajón de los cubiertos, de la piel de la merluza, cuánto polvo de duda enterrado en esta harina (...) Y dónde habré puesto yo mis ojos de cristal, dónde se han escondido las estrellas esta noche, por qué la cocina es hoy una cárcel...”.

- el machismo insoportable de Lucía y, especialmente, de Rosamunda, esa especie de tutora sentimental de la hija, cuando ambas lamentan que los hombres no paguen las consumiciones de la primera cita y no sepan comportarse como caballeros: “sn embargo ahora los caballeros no existen, solo se les llena la boca con la palabra y escupen entre un trozo de pollo y una almendra “soy-un-caballero” (...) no entienden una mierda de galantería y de modales, mucho menos de cómo se debe conquistar a una mujer. Y si te hacen pagar en la primera cita no quiero ni pensar en cómo actuarían en la cama”.

En fin...

Literatura facilona, sin riesgos, que parece aspirar a lectores y lectoras poco exigentes. No extraña, por ello mismo, que Mujeres rotas haya podido ser incluida entre las candidatas (imagino que antes sería revisada y pulida) al Planeta y que, tal vez como preámbulo a ese honor y a sus solubles mimbres, La casa de los hilos rotos haya sido publicada en una editorial del grupo Planeta.

Es una etapa en la carrera que podría estar construyendo Angélica Morales como escritora de éxito, autora de best-sellers anodinos y sin garra -que es a lo que suele acostumbrar a su público lector el grupo Planeta.

1https://www.heraldo.es/noticias/ocio-cultura/2018/06/12/angelica-morales-gusta-suicidarme-lenguaje-1249034-1361024.html

2Si un@ se decide a escribir el término en latín, huelga poner acento, desde luego; pero en este caso, el plural ha de ser necesariamente 'curricula'. 'Currículum' y 'currículums' están perfectamente asentados en el uso común.

CULTURA Y EFECTO INVERNADERO EN ARAGÓN: SI LA COMISIÓN EUROPEA SUPIERA... (13 mayo 2023)

La Comisión Europea, en el cuestionario remitido al Ministerio de Industria sobre “Canal Roya”, observaba que este proyecto “aumentará el transporte en carretera, lo que afectará negativamente y directamente al cumplimiento del objetivo de reducir los gases de efecto invernadero”. 

    El cambio climático debería estar en todos los proyectos que se plantearan desde las Administraciones, quien ejercería un liderazgo claro, contundente y, sobre todo, ejemplarizante. 

    Sin embargo, qué alejada está la política cultural aragonesa para el verano: el 90% de los espectáculos y festivales financiados con cargo al erario público que recorren nuestra geografía se basa en el transporte privado por carretera. Sonna, Camino de Santiago, Pirineos Sur, Clásicos en la Frontera, Castillo de Aínsa, Polifonik en Barbastro, Pirineos Classic, PIR, Brizna en Ayerbe, Luna Lunera, Reggae Lagatavajunto, Estoesloquehay, Encuentro de Magos en Tamarite de Litera, Encuentro Internacional de Artistas y Jornadas de cine mudo en Uncastillo, Poborina Folk, Semana del cine e imagen de Fuentes de Ebro, Música Antigua de Daroca, Castillo de Alcañiz, Música Viva de Veruela, Gaire en Pancrudo, Amante en Borja, Castillos de Aragón, Monegros Desert, Aragón Sonoro en Alcañiz, Indiemusic en Tauste... 

    Desconozco el alcance de la financiación comunitaria de todos esos eventos, pero... si Europa supiera que en todos ellos se fomenta el transporte privado y, por consiguiente, el aumento de emisiones de gases de efecto invernadero... 

    Ya sabíamos que el medio ambiente y su preservación interesan poco a nuestra clase política, llegando incluso algunos de ellos a negar la realidad del cambio climático. Empero es necesario aplicar ese cambio de paradigma que nos exige el futuro y plantear cualquier proyecto teniendo en cuenta las emisiones de CO2 a nuestro recalentado planeta. Es decir, un planteamiento alejado de los intereses cortoplacistas de las clases política y empresarial de nuestra tierra.


(Enviado a varios medios)

CANAL ROYA: NO HAY QUE BAJAR LA GUARDIA (13 de mayo de 2023)

El carpetazo dado a la unión de estaciones por Canal Roya es un éxito indiscutible de la movilización social conseguida por la PDMA a través de charlas, escritos, manifiestos y una magnífica labor de unión de colectivos.

    El movimiento de contestación nos ha aportado, además, varias enseñanzas: 

    1) que existe en la sociedad aragonesa un acendrado sentimiento de protección de nuestro patrimonio natural, catalizado en esta ocasión por la PDMA, pero, también, por la impericia de los promotores del proyecto: opacidad y apariencia de chanchulleo que han generado la sospecha de que, detrás del plan, subyacían oscuros intereses económicos. 

    2) que la masiva movilización no solo en Zaragoza, sino sobre todo en Jaca, Sabiñánigo y Canfranc, ha permitido a la sociedad civil exhibir un músculo que parecía dormido: algo necesario y deseable para afrontar cualquier otro “trágala” que intenten vendernos nuestros gobernantes. 

    3) que la cercanía de las elecciones de mayo ha debido de ser determinante: seguramente, “el territorio” (¡qué fea expresión, especialmente si se limita a ayuntamientos y empresariado!) ha visto peligrar la confianza de su ciudadanía y temido la repercusión en el reparto de escaños provinciales. 

    4) los escasos escrúpulos que han demostrado tener algunos políticos ante los posibles conflictos de interés que conlleva ser promotor político y dirigente de la beneficiaria: Marta Gastón y Arturo Aliaga, presidenta y consejero de Aramón respectivamente, amén de consejeros ambos del GA. (Miguel Gracia, presidente de la DPH, supo evitar esa posible incompatibilidad renunciando a su sillón en Aramón, tal vez asesorado por los letrados provinciales.) 

    5) que Europa es decisiva: la delegación conservacionista aragonesa que se desplazó a Bruselas logró convencer a la Comisión Europea de que se había aprobado la financiación de un proyecto tan impactante ambientalmente como éste. Aramón y DGA (más la instrumental DPH), vieron las orejas al lobo. 

    7) que algunos medios de comunicación han mostrado mayor empeño en defender los intereses económicos de sus accionistas que en ofrecer a la ciudadanía una información completa, veraz y sin sesgos. También Aragón RTV, que ha demostrado estar más al servicio del gobierno de turno que a garantizar el derecho a la información de la sociedad aragonesa.

    8) que los dos grandes clubes aragoneses de montaña, Peña Guara y FAM, no han sabido (o podido) desligarse de los intereses de sus financiadores (DGA, DPH e Ibercaja, principalmente), y, en medio del clamor de sus socios, de los otros clubes y hasta de la Federación española, han decepcionado a una buena parte de los montañeros. Su compromiso ambiental queda más que nunca en entredicho. 

    Ahora bien, el carpetazo dado al proyecto no debería permitirnos dormirnos en nuestros laureles ni bajar la guardia, pues las amenazas siguen cerniéndose sobre nuestras montañas. Me explico en dos puntos: 

    a) yo no consideraría que la creación del parque natural Canal RoyaAnayet-Partacua sea un infalible talismán capaz de alejar cualquier fantasma. Por una parte, porque la ley de Espacios Protegidos de Aragón no prohíbe expresamente la instalación de pistas de esquí alpino; por la otra, porque el esquí de fondo, que se practica en los 2 PN pirenaicos puede conllevar infraestructuras impactantes; y, por último, porque en España se dan casos de parques nacionales con pistas de esquí alpino y masivas competiciones deportivas. Añadiré la aparente contradicción de que toda una reserva de la biosfera de la Unesco albergue el multitudinario festival Pirineos Sur. 

    b) Canal Roya y Anayet son ahora más famosos que nunca, lo que atraerá sin duda a infinidad de personas ávidas de explorar esos parajes y, de rebote, el Pirineo. Se hace necesario, en mi opinión, un movimiento de contención tendente a evitar la masificación y saturación de espacios tan sensibles: ¿tal vez mediante informantes y/o siñaléctica a pie de aparcamiento que adviertan de que no se puede vivaquear ni acampar? ¿O limitando las plazas de estacionamiento? Los educadores ambientales, que semanas atrás se ofrecieron a mostrar esos parajes a quien lo deseara, podrían ahora aportar su conocimiento y experiencia para tratar de frenar el posible aluvión de visitantes. 

    c) Peña Guara tiene ya ultimada la organización de un gran evento deportivo en el Pirineo: la Ultra Trail Aneto mueve a 1600 corredores por parajes naturales del Posets-Maladeta de altísimo valor ecológico y, consecuentemente, enorme fragilidad. 

    Permanezcamos siempre vigilantes. Mi enorme agradecimiento a quienes han trabajado incansablemente para sensibilizar y movilizar al mayor número de gente. ¡Gracias!


Texto de 13 de mayo de 2023 enviado a varios medios locales.

ATASCOS HACIA LAS PISTAS DE ESQUÍ (7 marzo 2023)

 Una gran parte de la ciudadanía celebró la medida del gobierno central para disminuir el consumo de combustibles fósiles y, por consiguiente, las emisiones de CO2 a la atmósfera.

    La gratuidad de los abonos de cercanías consiguieron que dejáramos aparcados los coches particulares. Los trenes entre Huesca y Zaragoza, por ejemplo, se llenaron de estudiantes, trabajadoras y trabajadores hasta un punto tal que, en ocasiones, era difícil encontrar billetes a quien no los hubiera reservado con tiempo. Medida que merece un contundente aplauso.

    Sin embargo, qué contradictorios resultan con ese plan los masivos, permanentes e insidiosos embotellamientos de fin de semana en las carreteras que llevan a las pistas de esquí. Todas las mañanas a la ida y las tardes a la vuelta, las largas colas se alargan y estancan desde Senegüé en Tena, Castiello en el Aragón y Seira en el Ésera, convirtiendo un trayecto de media hora por una magnífica carretera en un calvario de paciencia y ansiedad.

    Podría decirse que el ahorro de emisiones y combustibles se desbarata en esas desesperantes caravanas. ¿No les parece que eso es como ensombrecer el evidente logro de la iniciativa estatal? 

    La industria del esquí, en la que nuestras instituciones ponen tanto empeño y recursos, habría podido habilitar hace ya mucho soluciones sostenibles a la sobrecarga de las carreteras pirenaicas y a la saturación de los aparcamientos de las pistas de esquí. Soluciones que podrían pasar por el fomento del transporte colectivo por medio de lanzaderas, gracias a las cuales la gente podría aparcar sus coches, acceder tranquilamente a las instalaciones alpinas y contribuir a la descongestión de las carreteras. 

    Desde luego, la Constitución española impide limitar el libre movimiento de la ciudadanía salvo en situaciones extremas, por lo que resultaría en todo punto imposible obligar a que la gente dejara de llegar en su vehículo particular a pie de pista. Ahora bien, para el fomento del transporte público nuestras instituciones podrían poner en marcha el mismo procedimiento que la campaña estatal, proponiendo gratuidad absoluta a quien se subiera a esas lanzaderas. 

    ¿No creen que se resolvería así una buena parte de los embotellamientos pirenaicos?


(Enviado como carta al director a varios medios locales.)