martes, 22 de mayo de 2007

LA LEY Y LA TRAMPA 4

LA LEY Y LA TRAMPA 4
Enero 2007

Es bien conocida, glosada y comentada, la creciente desconfianza de la ciudadanía hacia sus dirigentes; la ambición personal, la corrupción económica y el habitual doble rasero con el que se aplica la normativa podrían ser los motivos clave de que los ciudadanos de a pie perciban una enorme brecha entre sus necesidades y los intereses políticos. Un ejemplo.
Mientras Eva Almunia, responsable de la Educación aragonesa, hace carrera en la federal socialista e inaugura pizarras digitales y museos, su consejería se le desmadra –por lo menos en lo tocante a la Dirección Provincial de Huesca. Y cabe esperar que esto se produzca sin su conocimiento ni su consentimiento, porque en Huesca se está infringiendo la normativa educativa de manera clara y demostrada por sus denunciantes.
Decretos y Ordenes de alcance autonómico, Leyes y Reales Decretos de rango estatal, se están violando sin que nadie haga nada por evitarlo: ni el infractor/a ni quienes avalan sus infracciones por acción u omisión –que era de lo que se acusaba a Felipe González en la trama de los GAL. ¿Quién es aquí el Sr/Sra X: Mariano Buera (director provincial) o Eva Almunia?
Esa normativa que tan a la ligera se aplica o desactiva en Huesca es el pacto establecido entre la ciudadanía y el poder ejecutivo; es la garantía de que las cosas en esta Comunidad, en este Estado, se harán conforme a derecho: siempre y en todos los casos. Es el contrato gracias al cual el ciudadano/a puede recordarle a su gestor que las cosas deben hacerse según lo firmado: de lo contrario, la firma que el político estampa bajo el texto de ese decreto deja de ser digna de su confianza. Y en nuestro sistema político, esa confianza es la clave de la representación democrática.
Lo dicho: mientras usted coquetea con los medios, Sra Almunia, alguno de sus directores provinciales aprovecha para hacer lo que le da la gana. La confianza que en usted ha depositado la comunidad educativa altoaragonesa se ve con ello defraudada. ¡Haga algo por evitar que la brecha se agrande!

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