martes, 22 de mayo de 2007

PERIFERIAS Y EL "QUE INVENTEN ELLOS"

PERIFERIAS Y EL "QUE INVENTEN ELLOS"
(29.10.05)

No sé qué pensarán al respecto quienes se dignen a leer estas cuatro líneas, pero yo creo que los objetivos públicos deben diferir de los privados: mientras estos buscan la rentabilidad económica, aquellos buscarán la rentabilidad social. En materia de cultura, la empresa privada aspira a la venta del mayor número de entradas para sus espectáculos, mientras que la pública tendrá como horizonte la creación de las condiciones para que la sociedad a la que sirve y representa crezca y se cultive. En definitiva: para generar más cultura.
Ahora bien, acaso Periferias, el multimillonario festival organizado por nuestro Ayuntamiento, ¿ha tenido a la generación de cultura como objetivo principal? Y en caso de que así fuera, ¿lo ha alcanzado?
Es paradójico que Juanjo Javierre, director de Periferias en la sombra y animador-coordinador del ArtLab, exclame convencido de que el rol de I+D+I cultural lo cumplan festivales como el que él dirige ex aequo con el técnico Luis Lles (quien sí que tiene contrato funcionarial). Afirma Javierre, pues, en el catálogo, que es precisamente la sección "Bleep!" de su festival la que cumple con ese cometido, probando así la capacidad generadora tanto de Periferias como de esos talleres para formación y promoción de amiguetes que es ArtLab.
"Una prueba objetiva -escribe Javierre-: este año el 'Por fin es jueves' que recopilaba lo mejor de la dance music oscense tenía pistas de 17 proyectos diferentes. Algo que habla por sí sólo de la salud creativa de una ciudad de algo más de cuarenta mil habitantes".
Desde luego que esa prueba es fácilmente refutable: a) de los 17 cortes del disco varios son proyectos paralelos -es decir, que algunos artistas incluyen más de una y de dos intervenciones; b) son siempre los mismos que se prodigan edición tras edición de Periferias -para más inri amiguetes todos ellos de Lles y Javierre; c) algunos de los músicos presentes en ese disco ya funcionaban antes de la acción mirífica del ArtLab. Algo que, de poder hablar por sí solo, denunciaría el pésimo estado de salud de la cultura de producción propia.
Esta magra generación de cultura se ve limitada, además, a la escena dance, con unas repetición y clonación de sus ejecutantes que no hacen sino evidenciar su debilidad. Siempre los mismos Infrasound, Kikeman, Audio Claudio y sus respectivos avatares, por no hablar de los inevitables The Holy Trinity Project (¡qué nombre tan horrible, virgencita!) promocionados y conocidos ya en los cuatro puntos cardinales de la geografía festivalera altoaragonesa.
No es de extrañar que festivales como Periferias deban llenar sus programaciones con propuestas venidas de fuera, con las que ilustrar y pulir el agostado y provinciano gusto de sus conciudadanos. Y no hay vuelta atrás: si la generación de cultura en lo local se ha comprobado estéril, la única salida es el recurso a la invención foránea. El "que inventen ellos" unamuniano -con el que Javierre pretende romper en Periferias- sigue más vigente que nunca: y lo que te rondaré, morena! Periferias es, pues, un escaparate de lo que la política cultural municipal no ha sido capaz de generar.

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