EL PRETENDIDO CARÁCTER RURAL DE "ESTOESLOQUEHAY"
"Rural: perteneciente o relativo al campo y a las labores de él" (RAE 1992). Ese es el adjetivo que se regala el festival "Estoesloquehay", que, por 5º año consecutivo, "persigue la transformación de una pequeña localidad rural en un espacio de muestra artística" (como reza el folleto de esta reciente edición, llevada a cabo en el municipio somontanés de Salas Altas).
Pero de "rural", en el sentido señalado por la RAE, más bien tiene poco, y ello por dos motivos: 1) la casi totalidad de los artistas no son rurales, ni del pueblo "transformado": su aparición es fruto de la elección del director de la muestra, quien entiende cómo repartir el dinero aportado entre otros por DGA, DPH y Comarca (el dinero de todos nosotros, contribuyebtes); 2) el contenido de la muestra es, excepción hecha de la expo "Tesoros líquidos", netamente urbano –lo que permite subrayar la cada vez más extendida idea de que la cultura de calidad (cultura "chachi" la llamó Damián Torrijos en el Heraldo el pasado 23 de junio) sólo se elabora bajo la influencia de las ciudades.
Por este arte de prestidigitación verbal, convierten a los habitantes del mundo rural en espectadores forzados de una cultura que no es la suya propia.
Uno se pregunta para qué sirve todo esto; para qué se sufraga con nuestros impuestos iniciativas que en muy poco estimulan o propician la creatividad rural: prefieren tenernos como mudos espectadores que dicen "amén" al discurso del cura. Algo a lo que ya nos tienen acostumbrados nuestros políticos en su liturgia democrática: ellos leen su sermón y nosotros, votantes, otorgamos el "así sea" con nuestro descuidado voto.
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