publicada en aragondigital el 21 de febrero de 2008
publicada en aHeraldo de Aragón el 22 de febrero de 2008
Resulta gracioso oír celebrar a Zapatero la llegada del AVE a Barcelona diciendo que supone un gran avance contra el cambio climático: mentira. Si bien el AVE no emite directamente CO2 a la atmósfera, sí que los emiten, y mucho, las fuentes que generan la electricidad que consume: el 19% del carbón, el 18,5% de nucleares y el 18% de centrales de ciclo combinado, más el 24% que proviene de presas y embalses (datos del CNE).
Es decir, que la producción española de energía eléctrica es terriblemente agresiva con el medio ambiente y dañina para nuestra capa de ozono. El AVE, que requiere de enormes cantidades de electricidad para alcanzar los 300 km/h, ensucia la atmósfera con las miles de toneladas de CO2 vertidas en el basurero atmosférico durante la fabricación de esa energía.
O sea, que además de rajar el paisaje con sus vías exclusivas (incompatibles con el ancho de la maquinaria autóctona), reducir el ferrocarril convencional a su mínima expresión (Fomento ha apostado por el AVE en detrimento de Talgos y Expresos) y encarecer hasta 3 veces el precio de los billetes (convirtiendo al tren en un lujo socialmente innecesario), el AVE consume una energía que contamina en su origen y/o destroza paisajes con grandes presas. No es nada sostenible, vaya.
Así que, Sr Zapatero, no diga sandeces que obliguen a tomarle por un charlatán que no sabe de qué habla; estúdiese sus apuntes de Conocimiento del Medio antes de empuñar un micrófono a la ligera: la ciudadanía se sentirá menos engañada.
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