Por fin alguien del entorno socialista se pronuncia sobre la aconfesionalidad del Estado. La Fundación Alternativas, especie de think tank del PSOE (como la FAES lo es del PP) ha presentado recientemente su informe "Laicidad, manifestaciones religiosas e instituciones públicas", obra de dos catedráticos de derecho eclesiástico del Estado, en el que se recomienda una participación gubernamental netamente más tibia en todo lo tocante a asuntos católicos.
Ni participación de los representantes del Estado en actos religiosos, ni funerales de Estado, ni crucifijos en las aulas públicas. "Laicidad activa y neutralidad": estas son dos de las principales conclusiones del informe. Más en concreto, el informe sostiene que "la presencia de símbolos religiosos en las aulas de las escuelas públicas es una reminiscencia histórica en vías de extinción, que refleja el confesionalismo católico característico de nuestra historia constitucional". Y es que, como explicaba el ex ministro Eguiagaray durante la presentación en Madrid, "hay que terminar con la confusión existente entre lo público y lo religioso, fraguada en la Transición".
Ya sabéis que la Constitución indica en su artículo 16 que el Estado deberá "tener en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española", mostrándose como aconfesional –que no laico, que es antes bien un término de uso eclesiástico. Si por fin el partido en el gobierno aplicara esa laicidad positiva y neutral, muchos de los símbolos y hábitos relacionados con la confesión que fue única durante el franquismo deberían dejar de ser presentados y expuestos en toda institución pública. Ni en la escuela, ni en los ministerios, ni en cualquier oficina de la Administración deberá hacerse visible una preferencia cualquiera de los servidores de la ciudadanía; en caso contrario, se estaría discriminando al resto de la población practicante de otras religiones o a la no practicante ni creyente en ninguna.
Opino yo que ya va siendo hora de que se termine con ese proselitismo de baja intensidad que se practica en nuestras instituciones: la televisión, la escuela sobre todo, verdaderas máquinas de concienciación colectiva, dejarán de bombardear a la ciudadanía con sus mensajes de paz y amor navideños –por ejemplo.
Las opciones alternativas son dos, a mi entender: que ninguna institución pública participe en cualquier asunto de índole religiosa, o que todas las confesiones vean potenciar sus ritos a través de los poderes públicos. Yo espero, sinceramente, que se produzca la primera: en primer lugar, porque las creencias metafísicas de cada cual son asuntos pertenecientes a su más estricta intimidad; y en segundo lugar, porque no quiero ni imaginar el espacio público invadido constantemente de los mensajes contradictorios de las principales confesiones.
Consultad el informe completo en: http://www.falternativas.org/base/download/7127_14-01-08_doc124.pdf
Ni participación de los representantes del Estado en actos religiosos, ni funerales de Estado, ni crucifijos en las aulas públicas. "Laicidad activa y neutralidad": estas son dos de las principales conclusiones del informe. Más en concreto, el informe sostiene que "la presencia de símbolos religiosos en las aulas de las escuelas públicas es una reminiscencia histórica en vías de extinción, que refleja el confesionalismo católico característico de nuestra historia constitucional". Y es que, como explicaba el ex ministro Eguiagaray durante la presentación en Madrid, "hay que terminar con la confusión existente entre lo público y lo religioso, fraguada en la Transición".
Ya sabéis que la Constitución indica en su artículo 16 que el Estado deberá "tener en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española", mostrándose como aconfesional –que no laico, que es antes bien un término de uso eclesiástico. Si por fin el partido en el gobierno aplicara esa laicidad positiva y neutral, muchos de los símbolos y hábitos relacionados con la confesión que fue única durante el franquismo deberían dejar de ser presentados y expuestos en toda institución pública. Ni en la escuela, ni en los ministerios, ni en cualquier oficina de la Administración deberá hacerse visible una preferencia cualquiera de los servidores de la ciudadanía; en caso contrario, se estaría discriminando al resto de la población practicante de otras religiones o a la no practicante ni creyente en ninguna.
Opino yo que ya va siendo hora de que se termine con ese proselitismo de baja intensidad que se practica en nuestras instituciones: la televisión, la escuela sobre todo, verdaderas máquinas de concienciación colectiva, dejarán de bombardear a la ciudadanía con sus mensajes de paz y amor navideños –por ejemplo.
Las opciones alternativas son dos, a mi entender: que ninguna institución pública participe en cualquier asunto de índole religiosa, o que todas las confesiones vean potenciar sus ritos a través de los poderes públicos. Yo espero, sinceramente, que se produzca la primera: en primer lugar, porque las creencias metafísicas de cada cual son asuntos pertenecientes a su más estricta intimidad; y en segundo lugar, porque no quiero ni imaginar el espacio público invadido constantemente de los mensajes contradictorios de las principales confesiones.
Consultad el informe completo en: http://www.falternativas.org/base/download/7127_14-01-08_doc124.pdf
6 comentarios:
Buen post, si señor.
Lo que pides es imposible en la sociedad actual. En un país en el que tienes que explicar CINCO veces porqué no quieres que tu hijo de cuatro años asista a clase de religión. Cuando la misma profesora que se admira de que ese niño sea el único que pide las cosas por favor y dé las gracias, te argumenta que solo es una clase donde les enseñan educación. Donde tienes que justificarte amablemente cuando ellos no tienen ninguna delicadeza al considerar que estas mutilando la "cultura general" de tu hijo.
Cuando en un acto de debilidad vas a comprar el libro de religión, en un intento de no traumatizar al niño, y descubres que "las nubes son un regalo de Dios". No tengo palabras.
ESTHER
Jajajajaja!! somos unos incomprendidos, Esther! imagina que a mí me pasaba lo mismo, pero
con adultos y en un claustro de profesores, en el que NADIE compartía mi idea de que no
era conveniente hacer proselitismo con los alumnos (entre los cuales alguno de confesión
musulmana) celebrando la navidad en la escuela oficial de idiomas. Y eso que la misma
normativa aragonesa dice que no se puede hacer ninguna actividad complementaria que
excluya a alguno de los miembros de la comunidad escolar...
En fin...
¿laico? no esta (nada) mal, pero mejor agnostico y no hay porque renunciar a los dias de fiestas del santoral. ¿cuantos pro laicos pasaron de guardar fiesta por san vicente en huesca la semana pasada o por san valero ayer en zaragoza?. ah!, el doble filo.
Pues sí, Artal: tendríamos que estar a las duras y a las maduras. Pero, bueno, la verdad es que por mucho que uno no desease santificar esas fiestas y acudir escrupulosamente a su puesto de trabajo, el cierre de la empresa o la institución lo habrían imposibilitado.
curro, hay que luchar!!!. en este estado esta reconocido el derecho de huelga. se puede hacer una huelga para tener derecho a ir a currar y no tener de santificar una fiesta en la que no se cree. el funcionariado incluso lo tiene facil para no ser "pillado". se pide moscoso, asuntos propios, para ese dia. de esa forma no se te puede echar en cara ser un laico de manual. pero vamos que yo prefiero seguir siendo agnostico. viva al tradición judeocristiana occidental y ya que andamos hacia la aldea mundial no me va a importar tomarme fiesta en la fiesta del cordero, el año nuevo chino y cualquier otra gozosa celebración que guardar. soy muy respetuoso, comprensivo y aficionado a tener fiestas de vez en cuando (vengan de donde vengan). la iglesia catolica al igual que el estado, en estos momentos no pasan de ser un pequeño incordido en temas puntuales. se pueden ovbiar sin mayores problemas ni comeduras de tarro.
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