Nostalgia es lo que parecen sentir muchos de los obispos hoy en día. Nostalgia o añoranza de tiempos mejores, de pensamiento único y religión también única y verdadera. Tiempos de Nacionalcatolicismo, de monopolio de la moral. El relativo silencio al que nos había acostumbrado la Iglesia en los tiempos de la Transición, nos hacía creer que nos encontrábamos en un verdadero estado democrático. Quizá estaban agazapados, intentando que olvidáramos que, no hace mucho, paseaban al dictador bajo palio por haber ganado para ellos la cruzada nacional. Pero no, como no podía ser de otra forma, tras una Transición que se legitimaba desde la dictadura, no podíamos vivir de verdad en una democracia.
A pesar de que nuestra Constitución de 1978 defiende que: "ninguna confesión tendrá carácter estatal", además de reconocer la libertad de pensamiento, conciencia y religión y, por lo tanto, no otorgar ningún privilegio a las creencias religiosas respecto a las ideologías y creencias no religiosas, la situación real es bien distinta.
Así, por ejemplo, en la posterior Ley Orgánica de 1980 acerca de la libertad religiosa, se elimina (premeditada y torticeramente) la alusión a las libertades de pensamiento y conciencia que la Carta Magna recogía, reconociendo excusivamente la libertad de culto, o libertad religiosa. ¿Y qué ocurre con el resto de las ideologías no religiosas, qué tipo de protección tienen? Vemos que la creencia no tiene la misma consideración legal que la increencia.
De la misma forma, en el Codigo Penal, en sus artículos 522, 523, 524 y 525 se protege explícitamente la integridad física y psicológica de los creyentes, su derecho a realizar las ceremonias y rituales propios de su creencia religiosa, dentro y fuera de sus templos, sin que nadie pueda perturbarlos, interrumpirlos o impedirlos. Asimismo, castiga a quien ofenda los sentimientos religiosos de los miembros de cualquier confesión. Pero en ningún punto se protegen los actos públicos de asociaciones no religiosas, ni se habla de la proteción de los sentimientos de los no creyentes. Cualquiera puede boicotear y ofender a los integrantes de una manifestación por la igualdad de derechos de los homosexuales, las mujeres, las minorías étnicas, pero se podría denunciar a aquel que en una procesión de Semana Santa interfiera el normal desarrollo de ésta.
Por cierto, poco queda para ver a nuestro alcalde desfilar por las calles de Huesca en la procesión del Santo Entierro, la misma procesión que presidirá aquel líder espiritual que se hizo popular el año pasado, por una especie de homilía escrita, en la que sacralizaba la teoría conspiratoria sobre el 11M y en la que hacía "complices" a los actuales gobernantes. Junto al alcalde, desfilarán más representantes del ayuntamiento, el ordenanza mayor y una representación de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado (1). A eso lo llaman "neutralidad del estado" en materia religiosa. La misma neutralidad de los bautizos de Estado (el último fue el de la infanta Leonor, oficiado por el "pancartero" oficial de Madrid), funerales de Estado....
Y es que no, no hay neutralidad. Si oficialmente no existe una religión de Estado, en la práctica vivimos en un Estado pluriconfesional con un trato de privilegio a una de las religiones.
Si hay algo que la Iglesia sabe hacer, es hacer valer sus derechos, no los de los demás. Me da repugnancia ver a ciertos obispos hablar con la boca llena de Derechos humanos (alguno de ellos ha llegado a justificar la pederastia), y es que la Santa Sede, único Estado teocrático y falócrata de Europa, aún no ha suscrito o firmado la Declaración de los Derechos Humanos de 1948, a pesar de tener un estatuto de privilegio en la ONU.
El único acuerdo internacional firmado por A. Hitler que sigue en vigor hoy en día, es el Concordato con el Vaticano de 1933, con el que el criminal conseguía que la Iglesia fuera "neutral" mientras exterminaba a placer al pueblo judío. La Iglesia, por su parte, conseguía dinero, el impuesto religioso que aún se sigue pagando hoy en Alemania. También hay dos acuerdos más firmados con dictadores europeos, y que siguen hoy en vigor. El de Mussolini (Pactos Lateranenses de 1929), por el que se creó el Estado del Vaticano, y el de Franco en 1953, nuestro Concordato.
El Concordato franquista fue revisado o puesto al día con los acuerdos de 1979: había que lavarle la cara, pero en lo sustancial se mantiene igual. Estos acuerdos se comenzaron a negociar en 1976, antes de redactar y aprobar la nueva Constitución, había prisas (el PSOE llegó a pedir la suspensión de las negociaciones). Seguramente, por ello, dichos acuerdos rozan la inconstitucionalidad, a pesar de que el loby cristiano consiguiera incluir eso de: "y mantendrá las consiguientes relaciones de cooperación con la iglesia católica y las demás confesiones" en la Constitución. Éste es el punto de amarre en el que quieren legitimar los acuerdos con el Vaticano y el trato de favor con la religión católica.
Gracias a estos acuerdos financiamos entre todos a la Iglesia, pagamos el sueldo y cotizaciones a la S.S. de los sacerdotes y sus jerifaltes, sus emisoras de radio, sus inversiones en Gestcartera y demás gastos, gracias a la Agencia Tributaria, por medio del IRPF, pues hasta ahora, TODOS (católicos, musulmanes, ateos...) pagábamos a la Iglesia con el 0,6 % (lo de las casillas era un paripé, pues el Estado adelantaba el total del impuesto religioso y luego no le pedía la devolución de aquella parte de los que no rellenábamos la casilla correspondiente. Sólo alrededor de un 25% quería colaborar con el mantenimiento de la Iglesia Católica, Apostólica y Romana (en adelante ICAR), así que vaya regalo que se le hacía).
Pero eso no es todo, también se regula la asistencia religiosa en cárceles y hospitales con capellanes pagados por el ministerio o administración pertinente, y desde luego, los capellanes militares...., generales y todo (con su sueldo). Tampoco desdeñemos la financiación de las ONGs de la iglesia, con financiación aparte (otra de las casillas, ya que la mayoría de este tipo de asociaciones son de la Iglesia), las fundaciones, la Enseñanza concertada, los profesores de religión (sus adoctrinadores), y la exención de muchos impuestos: el de trasmisión de bienes patrimoniales (herencias que se trabajan con las viudas desconsoladas, alimentando demonios y vendiendo parcelas en el cielo), el de bienes inmuebles (y tienen unos cuantos edificios), y hasta hace bien poco, el IVA (eso se lo debemos a la Unión Europea, que no entiende de Nacionalcatolicismo). También mantienen una jurisdicción para sus tribunales eclesiasticos, en los que toman decisiones de índole civil.
El Concordato y los acuerdos de 1979, hace un tiempo que han podido ser denunciados por cualquiera de las partes, pues ya ha pasado el plazo para ello. Está claro que la Iglesia no lo va a hacer, y a los respectivos gobiernos, incluidos los de Felipe Gonzalez, les han faltado...agallas. Es más, el actual gobierno no sólo continua tolerando que la Agencia Tributaria haga de recaudadora del impuesto religioso, le aumenta la asignación a un 0,8%, no nos descuenta a los descreídos ese 0,8% (con lo que pagamos más impuestos al Estado que los católicos que quieren contribuir, que de alguna manera, es como si se desgrabaran esa aportación), continua con el adoctrinamiento religioso en la escuela a cargo de los presupuestos generales del Estado (profesores de religión, o verdaderos catequistas, que habilitan y despiden improcedentemente los obispos, mientras pagamos e indemnizamos todos).
Esto último se lo debemos a la LOE, que nos la han vendido como "laicista" porque la calificación de la asignatura de religión no computa..., vaya tomadura de pelo. Menos mal que el señor Rodríguez Zapatero prometió sacar a la religión fuera de la escuela en su campaña electoral de hace cuatro años. Hoy, no saben qué hacer con mi hija cuando es hora de la asignatura de religión, pues han conseguido que aquellos que no eligen esta asignatura no puedan realizar otra actividad con contenidos educativos, pero tampoco les dejan irse a casa. Se tienen que marchar del aula a ver películas de vídeo mientras los demás reciben su dosis de doctrina. ¿Qué diríamos si en una asignatura pagada por todos, un profesor defendiera el consumno del tabaco, mientras el Estado se gasta un montón de recursos en Educación para la salud? Pues ahora tenemos adoctrinadores pagados por el Estado que defienden el NO uso de los anticonceptivos y condones, y hacen una educación homófoba y discriminatoria, no reconociendo el derecho legal de las personas a fundar una nueva forma de familia.
Además la LOE vincula –por primera vez– la educación religiosa a los acuerdos con la Santa Sede (Concordato y acuerdos), con lo que gracias al gobierno socialista, ya han conseguido legitimar esos acuerdos.
Y dije pluriconfesional, ya que hay una especie de "pacto entre caballeros" entre las distintas confesiones. El enemigo común –para todas las religiones– es el laicismo y la tendencia secularizante por la que aumenta la descreencia, a excepción del Islam, que aumenta día a día. Las religiones se han repartido el control de sus zonas de influencia geoestratégica (el Vaticano ahora está muy preocupado con el avance de las iglesias evangélicas de influencia norteamericana en Iberoamérica, tradicional feudo hasta ahora), y en España las religiones no católicas se quejan de trato discriminatorio con la boca pequeña. Saben que hoy en día no pueden conseguir lo que tiene la ICAR, pero todo se andará, tienen que reforzar su presencia para luego pedir lo mismo Ya han firmado acuerdos de cooperación en muchas materias, incluida la educación. El MEC ya ha firmado acuerdos para garantizar la educación religiosa con el Islam, las comunidades de Iglesias Evangélicas, y el judaísmo. ¿Qué pasará cuando en la escuela pública o concertada, se enseñe el trato "coránico" a la mujer, el uso del burka...?. Porque me imagino que, al igual que hacen los obispos, los contenidos educativos de la asignatura de religión islámica los concretará el líder religioso correspondiente...
La solución es sacar a la religión fuera de la escuela, y de la vida política, que permanezca en la esfera de lo privado, como creencia personal que es y que todos debemos respetar, al igual que la increncia. Es necesario reclamar de una vez por todas la efectiva neutralidad del Estado en materia de religiones e ideologías para el desarrollo de una verdadera democracia.
Se ha iniciado desde la asociación Europa Laica http://www.europalaica.com/ y más concretamente desde sus filiales andaluzas laicismo.org y granadalaica http://www.laicismo.org, una campaña virtual de recogida de firmas en este sentido. Si lo tenéis a bien podéis informaros y firmar en: http://www.laicismo.org/PHP/p_documento.php?id=4620
(1) Nota del blogger: de hecho, pudimos ver ya a nuestros ediles desfilando junto a la iglesia la mañana del día de San Vicente, 2º patrón de Huesca. Y lo que es también significativo, que la misa en honor al santo formara parte de los actos oficiales del ayuntamiento. San Vicente y San Lorenzo ya no sólo son celebraciones religiosas, sino institucionales: de una institución que hace suyo el credo católico.
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