PAIÑO
La gente que vive en la costa observa el mar: y ve en él el puente a otros mundos. La gente del interior ve en el mar el límite de lo habitable.
Este pequeño pajariño observa siempre la costa desde el mar: y en la tierra inmensa ve el fin de la vida, la sequía estéril e incomprensible.
El cabalga las tormentas, duerme en la noche rugiente del mar. Ve el alba como un castigo que le aparta de la mecedora de las olas.
Pero llega un día nuevo, en el que el sol anuncia bonanzas. El paíño se acerca tímidamente a tierra firme. Con torpeza evidente llega un momento en que se posa en el roquedo blanco de deyecciones de tiempos pasados: allí no llega el agua a lavar, a renovar el aire con saltos de espuma.
Es el día de la llamada del amor.
La gente que vive en la costa observa el mar: y ve en él el puente a otros mundos. La gente del interior ve en el mar el límite de lo habitable.
Este pequeño pajariño observa siempre la costa desde el mar: y en la tierra inmensa ve el fin de la vida, la sequía estéril e incomprensible.
El cabalga las tormentas, duerme en la noche rugiente del mar. Ve el alba como un castigo que le aparta de la mecedora de las olas.
Pero llega un día nuevo, en el que el sol anuncia bonanzas. El paíño se acerca tímidamente a tierra firme. Con torpeza evidente llega un momento en que se posa en el roquedo blanco de deyecciones de tiempos pasados: allí no llega el agua a lavar, a renovar el aire con saltos de espuma.
Es el día de la llamada del amor.
5 comentarios:
Habida cuenta de la subjetividad y de lo animosamente que invitas a tus lectores a comentar estas maravillas, pues decirte que me ha gustado.
Me ha gustado mucho ese juego de las fronteras, de la subjetividad asociada a cada ser, a cada especie, a sus posibilidades y necesidades, etc. que hay en las fronteras, aunque sean naturales. Y qué decir de las políticas... Rápidamente me ha llevado a pensar en las fronteras políticas y cómo se ven desde un lado y desde otro según quién viva ahí. Para algunos son infranqueables, el mundo termina ahí, para otros son el comienzo del riesgo, del fin de sus (mis) privilegios. Para otros no existen, y son impunes a ambos lados, a estos, tal vez una piedra les sea arrojada, tal vez les lancen palabras de ira, odio y frustración, pero se portarán impunemente, como si no pasara nada.
Un abrazo.
Muchas gracias, desconocido Enrique. Aprecio mucho lo que dices en tu comentario, y espero que no sea el único con que nos deleitas. me gustaría que este blog fuera participativo: un soporte para que la gente pudiera dejar sus impresiones, no sólo sobre lo que yo cuelgo de mi puño y letra, sino las reflexiones de los demás. Lo dicho. Otro abrazo para ti. Curro
A mí también me ha gustado mucho el poema. Me ha parecido muy bueno, emocionante de verdad. Además de reconocer toda su carga lírica, permíteme que haga notar la circunstancia de que para el incansable "paíño" el amor viene a ser, objetivamente, una mierda. Una colosal deyección que le sirve de insustituible faro/ plano en su transitar más íntimo.
Mas válganos la potencia lumínica de tus versículos ornitófilos para llegar a apreciar que, vista desde la otra orilla, la más anónima y reseca mierda puede llegar a refulgir ante nuestros ojos con los brillos más inusitados del amor. Ojalá.
Saludos. entrezenygen
Eres un crack, Explorens. Gracias por tus consideraciones lírico-coprofílicas. Un abrazo, Curro
Reporto comentario de ESTHER M.: "Saltándome todas tus sugerencias te diré que, de todo lo que he leído hasta ahora en tu blog, PAIÑO es lo mejor. Me ha gustado mucho. Aunque tengo que admitir que con la parte del Cartel laurentino me lo he pasado estupendamente."
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