RELEVO EN LA DIRECCIÓN DEL SERVICIO PROVINCIAL DE EDUCACIÓN
No sé a cuant@s de vosotr@s, tal vez trabajadores/as de la enseñanza, os puede interesar una digresión como la que sigue: son tantos los centros sobre los que gravita el interés de cada un@ de nosotr@s que, uno más, tal vez os resulte completamente ajeno.
Hay que señalar, no obstante eso, que se ha producido un relevo en la direción del servicio provincial de educación, que es donde se decide el tipo y grado de aplicación de las normas que, en materia de enseñanza, se escriban en Bruselas, Madrid y Zaragoza; donde se decide también de la permanencia o no de tal profesional de la enseñanza; donde se dirimen los diferendos entre administración y administrados en el ámbito de la educación. El director de un servicio provincial de educación tiene, pues, un cierto poder y una cierta influencia sobre el devenir del hecho educativo en todos los centros de la provincia y para todos los miembros de la comunidad educativa.
Este texto que comparto con vosotr@s pretende ser, pues, una celebración: la de la marcha de Mariano Buera y la de la esperanzada llegada de Guillermo Iturbe como directores provinciales de educación en Huesca –saliente y entrante respectivamente.
Yo, personalmente, celebro la marcha de Mariano Buera como director del servicio; puesto para el que fue nombrado a dedo por Eva Almunia a causa de su trayectoria dentro del sindicato UGT (hay que decir lo mismo de Mª del Mar Hernández, cabeza visible de la federación de enseñanza de ese sindicato en Huesca, que fue colocada con calzador en el servicio provincial de la DGA mediante la creación de un puesto, parece ser, ex profeso para ella –cargo que no existía antes de su necesaria colocación). Pero ese no es el quid de la cuestión, sino que Mariano Buera es (¡ha sido!) el director provincial que:
ha encubierto la comisión de irregularidades e infracciones a la normativa educativa y administrativa tanto autonómica como estatal;
ha encubierto las acciones delictivas e infractoras de ciertas personas que trabajan en su entorno cercano y con poder tanto de ejecución como de consejo (véase inspectores y directores/as de centros, que yo sepa y conozca);
ha permitido la persecución descarada de algun@s profesionales por motivos de opinión o idelogía;
ha permitido que se negara el acceso a información pública (a saber: informes, expedientes, documentación varia...) a algun@s ciudadanos;
ha tomado decisiones que infringían la normativa educativa;
ha hecho que se obligara a los miembros de la comunidad educativa a cumplir órdenes que contravenían, infringían o violaban la normativa vigente –so pena de expediente administrativo y/o excomunión;
ha creado un ambiente de acojono permanente en l@s profesionales de la enseñanza en Huesca, temeros@s de no acatar sus decisiones (por muy poco sujetas a normativa que estuvieran estas) por miedo a ser condenados a la ignominia y al ostracismo administrativos –cuando no a una descarada persecución cercana a las purgas estalinistas;
que ha aplicado –o permitido que se aplicara– dobles raseros en la consideración de las irregularidades cometidas por algunos miembros de la comunidad educativa;
En fin, que el autor de estas líneas celebra con ellas mismas la partida de Mariano Buera, primero de la Inquisición provincial educativa.
¿Adónde irá ahora el sr Buera? Dicen las malas lenguas que él mismo ha solicitado su relevo ante la inminente llegada de la edad del retiro: parece ser que si se retira como director de centro su jubilación será más cuantiosa que si se retira como director provincial (cargo eventual por haber sido elegido a dedo). Pero, se dice, se comenta, se especula, que esa jugada podría contener alguna irregularidad: algo que a nadie extraña, a estas alturas de Partido.
A Guillermo Iturbe no le conozco la trayectoria en puestos de responsabilidad. Le conocí hace ya muchos años, cuando yo estudiaba 1º de Magisterio y él se ocupaba de audiovisuales en el CPR de Huesca (de eso harán unos 20 años). En esa ocasión, y a instancias de mi profesora de Artes Plásticas, Guillermo Iturbe nos prestó una enorme ayuda a un compañero y a mí, sin que él esperara nada a cambio. Su amabilidad sin fisuras y ánimo de colaboración desinteresada en aquellas fechas me predisponen más que positivamente ante su nombramiento. Saludo, celebro y casi brindo ante la entrada de Iturbe en la dirección provincial, que espero sea el comienzo de grandes cambios en el servicio provincial de educación.
1 comentario:
lo he visto ahora lumbreras, veo que escribes sabiendo de lo que escribes lumbreras
Publicar un comentario