miércoles, 15 de febrero de 2023

LA UNIÓN DE ESTACIONES POR CANAL ROYA

 Cualquiera con un poco de sensibilidad ambiental y social no puede por menos que escandalizarse ante el proyecto que, financiado por los fondos europeos “Next Generation”, DPH, GA y Aramón planean concretar entre Astún y Formigal. Y ello por varios motivos: 

    1) ambientalmente (a), es un atentado: el proyecto prevé la construcción de una carretera a lo largo de Canal Roya, un magnífico valle glaciar que se verá con ello definitivamente alterado y máxime si, como se anuncia, se construye un centro de servicios al final del valle, en la Rinconada, un espacio único en el Pirineo por el que bajan las aguas de los ibones de Anayet. 

    2) ambientalmente (b), es un disparate: la humanización permanente de esos espacios ahuyentará a la fauna residente, arrinconándola definitivamente a donde no llegue nuestra nefasta influencia “civilizadora”. 

    3) ambientalmente (c), es un dislate: el proyecto instalará unas grandes pilonas en altura que afearán terriblemente el paisaje (no olvidemos que el turismo busca espacios “naturales”). 

    4) jurídicamente (a), es un sinsentido: todavía sigue vigente el proyecto de PORN (plan de ordenación de los recursos naturales) para convertir los ibones de Anayet en un Espacio Natural Protegido, por lo que la unión de estaciones se topará con un importante obstáculo legal. 

    5) jurídicamente (b), parece inadmisible: si los fondos europeos “Next Generation” sirven para fomentar la “recuperación, la transformación y la resiliencia” de los territorios por la vía de la sostenibilidad, no es de recibo que esos 56'7 de millones financien un proyecto de esquí alpino en un contexto de cambio climático. 

    6) jurídicamente (c), es contradictorio: los fondos europeos están condicionados a “No hacer daños significativos” (DNSH en sus siglas en inglés) obligan a que se haga el menor daño posible allí donde se inviertan, y las pilonas, el asfaltado de Canal Roya y el centro de servicios en la Rinconada dañarán irremisiblemente esos espacios. 

    7) económicamente (a), es un peligro: cuando la vía judicial a la que seguro acudirán los colectivos ambientalistas eche atrás el proyecto una vez iniciadas las obras (ya sabemos el tiempo que se toma la Justicia), las promotoras tendrán que devolver los fondos europeos invertidos. Dinero público que DPH y GA detraerán del bienestar aragonés (sanidad, educación, servicios sociales...) y no de los bolsillos de diputados y diputadas provinciales y autonómicas. 

    8) económicamente (b), supone un agravio comparativo: así lo expresaba el “cluster” de la sostenibilidad, lamentando que el esquí concentrara tantos esfuerzos (85% de los fondos europeos adjudicados) por parte de la Administración en detrimento de la promoción de un turismo respetuoso con el medio. 

    9) económicamente (c), es pan para hoy y hambre para mañana: el cambio climático puede dejarnos sin nieve en pocos años y, consecuentemente, la gran calderada de millones europeos caerá en saco roto. 

    10) socialmente (a), no asienta población: la estacionalidad del esquí, que ha de ser cada vez más pronunciada, no ayudará a que se instale definitivamente la población trabajadora contratada para trabajos directos e indirectos. 

    11) socialmente (b), es poco eficaz: ya sabemos que la obsesión de nuestra clase dirigente en hacer del turismo el único recurso del Pirineo provoca el alza de los precios inmobiliarios y dificulta el acceso a la vivienda. El esquí no genera puestos de trabajo con valor añadido suficiente para que las personas contratadas alquilen viviendas dignas. 

    12) políticamente, parece mentira: el cuatripartito aragonés ha aprobado el proyecto aun a pesar de la (tímida y poco decidida) oposición de Podemos y Chunta. Dos partidos de tan marcado compromiso ambiental deberían abandonar un gobierno de Aragón que promueve aberraciones como ésta. Tal vez consideren que fuera del gobierno resulten menos útiles para la sociedad --y es que en la oposición hace frío y no hay reparto de sillones. 


Publicado en Diario de Huesca (31/01/2023), Períodico de Aragón (2/02/23).

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