Quien ha elegido la política como profesión vive de convencer a sus conciudadanos de la veracidad de sus promesas; en caso de faltar a las mismas, puede ser tildado de charlatán o de embaucador.
Tenemos en Aragón a una señora Consejera que ostenta el cargo de secretaria de Educación de la Ejecutiva Federal del PSOE. Es de imaginar que la Sra Almunia haya acumulado méritos para contar con la confianza de su Ejecutiva; dichos méritos deberían basarse en la labor acometida en su Consejería –o en la credibilidad de sus promesas. Veamos.
Hace pocas semanas, en una revista sindical, declaraba la Sra Almunia que iba el PSOE a seguir "trabajando para que el Estatuto del personal docente no universitario aborde una mejora sustancial de sus condiciones sociolaborales". ¿Ha hecho algo Almunia en su Consejería para que esta promesa resulte creíble?: favorecer la inestabilidad estructural y la precariedad continua de centenares de profesores aragoneses que todavía optan, tras años y años de docencia, a cubrir interinidades. Es decir, lo contrario de lo que ahora, como secretaria federal, promete nuestra Consejera.
De seguir en su racha trepadora, la Sra Almunia podría llegar a ser ministra del ramo, sustituyendo a la Sra Cabrera al frente de Educación. ¡No lo quiera Zapatero!: la educación española daría los mismos bandazos que ha dado en Aragón. ¡Ah!, eso sí: seguro que la producción oral, en su versión más charlatana, salía beneficiada en los próximos informes PISA.
Tenemos en Aragón a una señora Consejera que ostenta el cargo de secretaria de Educación de la Ejecutiva Federal del PSOE. Es de imaginar que la Sra Almunia haya acumulado méritos para contar con la confianza de su Ejecutiva; dichos méritos deberían basarse en la labor acometida en su Consejería –o en la credibilidad de sus promesas. Veamos.
Hace pocas semanas, en una revista sindical, declaraba la Sra Almunia que iba el PSOE a seguir "trabajando para que el Estatuto del personal docente no universitario aborde una mejora sustancial de sus condiciones sociolaborales". ¿Ha hecho algo Almunia en su Consejería para que esta promesa resulte creíble?: favorecer la inestabilidad estructural y la precariedad continua de centenares de profesores aragoneses que todavía optan, tras años y años de docencia, a cubrir interinidades. Es decir, lo contrario de lo que ahora, como secretaria federal, promete nuestra Consejera.
De seguir en su racha trepadora, la Sra Almunia podría llegar a ser ministra del ramo, sustituyendo a la Sra Cabrera al frente de Educación. ¡No lo quiera Zapatero!: la educación española daría los mismos bandazos que ha dado en Aragón. ¡Ah!, eso sí: seguro que la producción oral, en su versión más charlatana, salía beneficiada en los próximos informes PISA.
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