jueves, 6 de diciembre de 2007

Reflexión: INFORME PISA Y COMPRENSIÓN LECTORA

publicado en aragondigital.es el 7/12/07

Que la titular de la Educación aragonesa, Eva Almunia (PSOE) diga con todo su papo que los resultados del informe PISA 2006 son buenos revela no sólo su escasa comprensión lectora de las cifras, sino un fariseísmo a prueba de bomba. Le ocurre a la consejera lo mismo que a los chavales del aula aragonesa: que leen lo que quieren –o sea: poco y sin entenderlo bien. Dar por satisfactoria la mediocridad del alumnado aragonés que muestran las cifras del informe es conformarse con bien poco.

A pesar de todo, Almunia se cura en salud y felicita a los profesores por los resultados, fruto de su ímprobo esfuerzo y buen hacer. Sin embargo, ¿cómo puede trabajar bien un profesorado precarizado, con el altísimo nivel de interinidad que se da en Aragón? Así jamás se alcanza la plena profesionalización del docente, provocando su desmotivación y, a nivel práctico, que muchas asignaturas sean impartidas por varios profesores imposibilitando así la continuidad de criterios y métodos de enseñanza.

Los resultados PISA también se podrían interpretar de otra manera: tal vez la creciente implantación de las llamadas nuevas tecnologías en el aula, tan del gusto de Almunia, no hace sino alejar a los alumnos de los libros. Eso significaría que sus pizarras digitales y sus iPods son elementos negativos en la formación del alumnado. ¡Tanto dinero tirado en medidas perjudiciales! Aunque hay que darle la razón al sentido político de Almunia: por muy malas que sean, esas medidas conforman estupendos titulares periodísticos –que es, en definitiva, lo que interesa a nuestros dirigentes.

"Lo bueno de este tipo de resultados es, precisamente, que te indican hacia donde tienes que dirigir tus políticas", razonó la consejera ante los medios. Estamos de acuerdo. Vayamos en la dirección sensata: estabilice y profesionalice al profesorado, aunque eso le cueste más dinero del que desea gastarse; con ello demostrará fehacientemente que le interesa más la educación que su propia carrera política, Sra Almunia.

(Corolario)
Probemos con otra hipótesis: ¿y si lo que de verdad interesara a nuestros gobernantes fuera, precisamente, formar analfabetos funcionales? De esa manera, del bachillerato saldrían ciudadanos incapaces de ejercer y reivindicar sus derechos –por lo tanto, más fácilmente integrables en la dinámica productiva y permeables a la política de nulo razonamiento que impera en nuestras instituciones públicas.

Un símil. En el interesante tratado de sociolingüística titulado Une politique de la langue, Michel de Certeau demuestra que la Revolución francesa creyó necesario extender el conocimiento de la lengua de Molière a toda la nación, como condición sine qua non para que toda la nación comprendiera los derechos humanos y las leyes de la República. Loable esfuerzo, digno de otros tiempo y espíritu político; tal vez hoy día nuestra clase política, frecuentemente iletrada y de escasa formación, prefiera gobernar analfabetos a enfrentarse a una ciudadanía dotada de sentido crítico –que es lo que principalmente aporta la costumbre de leer.

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